viernes, 30 de diciembre de 2016

De la cuenca del Río Valle al Valle del Río Pequeño (Piloña).

Circunvalando el Pico La Olla o Cantu Cobil.
Foz del Río Valle - Collada Cerancia - Valle del Río Pequeño.
Circuito desde Valle (Piloña).



Último paseín del 2016 y nos vamos nuevamente a Piloña, por donde habíamos estado hace unos pocos días recorriendo la Senda del Chorrón y el Cerru'l Tombu (ver ruta), pero es que la zona nos tira mucho. Así que, como casi todos los viernes tenemos un poco de prisa, y buscando algo no muy largo, me acordé de un lugar que tenía en pendientes desde hace un tiempo, ya que en su día no pude acompañar al compañero Cienfuegos en un corto itinerario para recorrer uno de estos valles de Piloña, menos nombrados, por lo tanto más desconocidos y que pueden ofrecer rincones de singular belleza, como resultó ser el caso. 
Así que con la espinita clavada desde aquel día, comento el asunto con Belén y nuestro amigo Pablo y nos vamos a conocer la Foz del Río Valle. Corta, muy estrecha. Tanto que, en época de lluvias no sabremos si se podrá pasar al ir sumamente encajonado el camino prácticamente a nivel del río, pero realmente espectacular. Al final, complementaremos la ruta recorriendo una bonita senda que bordea el Pico La Olla o Cantu Cobil a media ladera por la vertiente que cae al Valle del Río Pequeño, quedando así un itinerario realmente guapo y que ofrece diversas opciones, como pueden ser el ascenso a dicho pico y al Cerru'l Tombu.
Se trata de una ruta relativamente sencilla. Decimos lo de relativo porque, si bien no tiene dificultades técnicas reseñables, si que puede tener algún punto un poco intrincado en cuanto a orientación. 

Cartografía IGN 1:25000 Hojas 30-4 y 54-2

Cota mínima: 237 m.
Cota máxima: 768 m.
Desnivel máximo: 531 m.
Desnivel acumulado: 670 m.
Distancia: 11.2 km.
Tiempo: 5 h (Con las paradas).

Aquí os dejo el track:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16368223

Ortofoto Bing


Por la N-634 y poco después de circunvalar Infiesto sentido Santander tomamos, al ver la señalización, la PI-5 en La Reboria, por la que en apenas 2 km llegamos a la localidad de Valle, aparcando el coche junto a la Iglesia de Sta. María Magdalena (237 m).

Comenzamos a caminar por la pista que asciende en rumbo Sureste por detrás de la iglesia y el cementerio.

Tras el breve repecho, la pista se vuelve tendida pasando junto a una parcela donde vemos cerdos, un jabalí y cabras, que aprovechan para saludarnos alegremente.

Y así nos vamos adentrando en la cuenca del Río Valle, que desciende por nuestra derecha.
Frío y mucha niebla a estas horas. Seguramente la traspasemos en cuanto ganemos algo de altura.

Muy cómodos estos primeros tramos que discurren entre fincas y vamos recorriendo en agradable paseo.

Total que, prácticamente en llano, alcanzamos un primer puente, Les Melendreres (269 m), donde la pista cambia al margen izquierdo (hidrológico) del río.

Es entonces cuando comenzamos a ascender por un guapo tramo donde el valle se angosta entre los contrafuertes del Cerru'l Tombu y los del Pico Coroña de Cardes, para enseguida y en ligero descenso, volver la pista a cruzar al margen derecho del río por el Puente Carraces (312 m).

Nuevo tramo muy tendido a la vera del Río Valle que vamos recorriendo panchamente.

Y que nos lleva a pasar junto a una arreglada cabaña.

Para inmediatamente llegar al Puente Los Ciegos (327 m), en la bifurcación con la pista que, por la izquierda, sube por el valle de Valdegallinas hasta La Collada; por ella volveremos en unas horas, así que ahora tomamos la de la derecha, cruzando nuevamente el Río Valle por dicho puente.

Tras lo cual, toca un ligero ascenso pasando la pista entre fincas y cuando el valle se vuelve a abrir.

Así caemos a la guapa vega de Los Cardos, donde se conserva una arreglada cabaña (360 m).

Entre la niebla intuimos la cumbre del Pico La Olla, al que le daremos la vuelta.

A la altura de la cabaña, obviamos una pista que asciende por su derecha para dar servicio a las fincas de la zona.

La verdad que es un sitio chulo este de Los Cardos.

Poco más adelante dejamos, nuevamente por nuestra derecha, el desvío por el cual se sube a la Tayada de Cardes, y por donde se puede bajar a Espinaredo. Alcanzamos así la caseta de la captación de agua de Valle (387 m), al pie de la vaguada por donde baja el Reguero La Pepina, pudiendo aprovechar para echar un trago y aprovisionarnos de fresca agua.

Rebasada la captación, la pista muere y da paso al antiguo camino.

El cual comienza a adentrarse en el tramo más guapo de la ruta, cuando el río ya es más bien arroyo y el valle se estrecha.

Dejándonos fotogénicos detalles.

Nuestra senda continúa pegada al margen izquierdo del río arrimada a las paredes calizas.

Incluso conserva en algún tramo su antiguo empedrado.
Es en este momento cuando el valle se estrangula radicalmente en una entalladura, alcanzamos así nuestro principal objetivo y motivo de la ruta de hoy: la Foz del Río Valle (400 m).

Foz realmente estrecha, por donde discurren camino y río que, como comentábamos en la introducción, no nos extrañaría que en época de crecidas no se pueda pasar por aquí.

Cambia la senda al margen derecho del río continuando entre verticales paredes, y dudamos que esta angostura alcance los cuatro metros de ancho. Muy espectacular.

El valle se va abriendo un poco y vamos saliendo de la foz, cuando vemos una portilla metálica que debemos traspasar.

Nos fijamos en unas cuantas oquedades que hay por la zona.

Abandonamos así la entalladura.
Aunque es un tramo corto, este rincón es realmente bonito y bien merece la pena acercarse hasta aquí para conocerlo.

Total que, cruzada la portilla metálica, el camino continúa entre viejos cierres de piedra por un entorno que no puede ser más guapo y toca vadear el río, en nuestro caso sin mayor complicación, para nuevamente pasar a su margen izquierdo y comenzar a ascender.

Siempre bien marcado el sendero, y es que se le ve en uso.
Ganamos algo de altura sobre el fondo del angosto valle, llaneamos un poco y perdemos metros pasando junto a una cuadra en ruinas.

Para aproximarnos otra vez al río y volver a ascender, siempre cómodamente.

Dejaremos por nuestra derecha una finca por donde continúa el camino hacia Pendedor; nosotros seguimos el sendero por la izquierda, hacia el fondo del valle donde, una vez más y para no perder la costumbre, vadeamos el arroyo para cambiar de margen.

Ascendemos unos pocos metros sobre una guapa poza que forma el río, habrá que empezar a estar atentos.

Estamos en un punto, La Quinta (530 m,), donde debemos abandonar la senda, que parece sigue un poco de frente, para remontar la pindia vaguada que, en rumbo Oeste por nuestra izquierda, nos ascienda a la Collada Cerancia.
El tema es que no vemos sendero claro. Pudiera ser que, antes de la riega que rebasamos y dejamos por la izquierda, suba un senderín hacia unas cuadras en ruinas que vemos próximas y de ahí continúe por ese margen hacia Cerancia. Así que, como desde nuestra posición no está clara la cosa, decidimos auparnos a las praderías del centro de la vallina para tener una visión más amplia.

Una vista atrás desde una posición más elevada donde os señalo (línea punteada) la senda que abandonamos y traíamos hasta ahora y el desvío (flecha) por donde suponemos que pueda ir el sendero antes de cruzar la riega. Aunque esto último es una suposición y no lo podemos afirmar.
Sería cuestión de volver por la zona y afinar más.

El caso es que nos mantenemos en ascenso por las praderas de La Quinta por el centro de la vaguada hacia los árboles que os señalo. Con una helada contundente por cierto.
Desde que abandonamos el fondo del valle hasta Cerancia, serán unos 200 metros largos de desnivel, pero pindios de narices.

Una vista hacia la Sierra Abedular, donde intuimos la traza del GR-105 Ruta de las Peregrinaciones, pasando desde el Collado Pendedor (derecha) y bajo el Cerro la Escoba.

Así que ascendemos hasta la arboleda donde vemos lo que parece un sendero, más bien paso de ganado, que nos lleva hacia una arruinada cuadra.

Continuamos por los pastos del centro de la vaguada.
Esta vista atrás da una idea de la buena pendiente a superar, pero vamos ganando altura sin prisa.

Fijándonos en el margen derecho de la vallina sentido del ascenso, vemos un cierre en piedra. Decidimos acercarnos pues pudiera ser que hubiera camino. Incluso, una vez allí, vemos algún jito. Pronto lo que parece una senda desparece y se torna terreno más abrupto. Aunque sería factible continuar por ahí, nos da que el buen camino tiene que ir por el margen izquierdo y parece que desde la distancia intuimos un sendero. Así que cortamos en horizontal hacia allí.

Y efectivamente, al cruzar la riega, damos con el buen camino (640 m), en el margen izquierdo de la vallina en ascenso.
Llegados a este punto y un poco más abajo, veremos unas cuadras arruinadas, por lo que es posible que la senda viniera desde el fondo del valle por dicho margen como antes os indicamos.

Así que por serpenteante y bien marcado sendero continuamos el ascenso.

Salimos a zona más abierta donde la senda se puede confundir un poco con algún que otro sendero de ganado pero bueno, con tener clara la orientación a Cerancia, no debería haber problema. Quizás en verano sea peor la cosa, aunque tampoco lo creemos.

Próximos a la collada, alcanzamos una buena fuente (736 m), donde nos fijamos en unas cuantas salamandras que hay en el abrevadero.

Salimos a zona ya despejada y sólo nos restan unos pocos metros a la collada.
Aquí se aprecia bien lo pindio de la vaguada.

Dejamos a nuestra izquierda un par de cuadras en ruinas, alcanzando así la Collada Cerancia.

Y nos despedimos momentáneamente de la cuenca del Río Valle, bajo la Sierra Abedular y su Collada de Pendedor.

Collada Cerancia (768 m), máxima cota de hoy; entre el Pico La Olla y el Monte Redondo.
Nombrada Collada Abedul por los mapas del IGN y seguramente erróneamente.
Un sitio bien majo, donde se conserva una guapa y arreglada cabaña en uso; y que invita a pasar un buen rato aquí.

Por la otra vertiente, la Sierra de Pesquerín con la majada de El Corralín sobre la cuenca del Valle del Río Pequeño.

Incluso vemos asomar los Picos de Europa por detrás del Cerro Tebrandi.
Zoom al Cornión con  las Torres Santas.

Aquí tenemos dos opciones: ascender a la cumbre del Pico la Olla, que tenemos al lado, y por la cumbrera caer a Valdelescabres, o tomar una guapa senda que bordea este pico, por la vertiente que cae al valle del Río Pequeñu y que lleva al mismo lugar.
Nosotros nos decantamos por esta última que, aunque sea ya conocida, en su día nos gustó mucho y nos apetece enseñársela a nuestro compañero, que gusta de estos caminos.
Así que descendemos unos metros por estos pastos de Cerancia.

Aunque enseguida cortamos en oblicuo aprovechando pasos de ganado por una zona de monte bajo un poco incómoda. Seguro que es mejor bajar más y continuar por la campera donde vemos alguna cabaña arruinada.
El tema es que, para alcanzar la senda (flecha), debemos dirigirnos a la cabecera de la vaguada que tenemos delante, no antes ya que está desdibujada, y no confundirla con otra senda que va paralela y ligeramente más alta.

Alcanzamos la cabecera de la vaguada a unos 700 ma e interceptamos el camino.

Ya por buen sendero, pocas complicaciones vamos a tener.
Como os comentábamos, esta senda ya la hemos recorrido en su día y viene del collado Tebrandi en la Sierra de Pesquerín. Podéis ver la ruta AQUÍ.

Una vista atrás hacia la Collada Cerancia.

Y así cómodamente y con tendencia noroccidental, vamos bordeando el Pico La Olla o Cantu Cobil, según nombra el IGN, por esta vertiente del valle del Río Pequeño cuando vemos la mole de la Sierra del Sueve sobre un mar de nubes que cubre los valles y que no levantará en todo el día.

Una panorámica de la Sierra de Pesquerín, con la majada El Corralín o Cerralín.
(Pinchar para ampliar)

Y una vista hacia el fondo del valle por donde desciende el Río Pequeño.
Muchos contrastes de luz que impiden hacer buenas fotos.

Toca un ligero ascenso hacia un canto en la arista nororiental del Pico La Olla.

Canto este (700 m) que resulta ser un airoso balcón de lo más chulo, con la senda labrada y restos de su antiguo empedrado.

Una vista hacia la majada El Corralín detrás de la cual asoma la Mota Cetín y, al fondo, los Picos de Europa.

Continúa tendido el camino por las laderas de La Olla cuando empieza a asomar la alargada figura del Cerru'l Tombu.
(Pinchar para ampliar)

Pasamos entonces a sombría vertiente septentrional por donde cortamos por Les Riegues.
Como bien indica el topónimo, pues se trata de una vertiente con varias riegas que vierten sus aguas por el valle de la Riega la Foz al valle del Río Pequeño. Veremos alguna protección para que el ganado no se despeñe por estas pindias laderas.

Zona esta que encontramos bastante húmeda al ser sombría, pero que se recorre sin mayor problema.

Ya en suave descenso nos vamos acercando, por la cabecera del valle de Riega la Foz, a la majada y pico de Valdelescabres donde, ligeramente por debajo de su cumbre, pasaremos por un guapo tramo que os señalamos.

En ligero ascenso alcanzamos la majada de Valdelescabres (630 m), donde vemos restos de cabañas y el camino aumenta su entidad, aunque es fácil que sea una delicia de barro en días de lluvia.

Nos asomamos a la cumbrera y vemos que el valle de Piloña junto con la cuenca del Río Valle, a donde volveremos a bajar, siguen sumidos en la niebla.

Continúa nuestro trayecto por la vertiente meridional del Pico Valdelescabres.
Estamos en el corto y muy guapo tramo que antes os señalábamos, donde el camino, de gran entidad, se conserva sustentado por potentes armaduras.

Desde aquí podemos apreciar la traza que hemos seguido cruzando por la sombría vertiente de Les Riegues.
Nos vamos despidiendo ya de la Sierra de Pesquerín con su Pico Torre.

Nuestro camino pasa a la vertiente septentrional del pico, devolando así la cumbrera y ya vemos toda la alargada cimera del Cerru'l Tombu.
Vamos a descender hacia La Collada, a los pies del cerro, por una zona alomada donde es importante no perder el sendero que pasa por la parte izquierda de una solitaria cabaña (círculo). Ya que si no podemos meternos en un tramo bastante "sucio".

Así que, en claro rumbo Norte, comenzamos a descender conservando el camino un empedrado en sus primeros metros que se encuentra bien húmedo, por lo que hay que prestar atención.

Por nuestra derecha, el valle de la aldea abandonada de La Cueva, por donde discurre la ruta de la Senda del Chorrón que hicimos hace unos días para subir al Cerru'l Tombu.

Alcanzamos el rellano de la solitaria cabaña y continuamos en descenso por senda de ganado hacia La Collada, a donde llega la pista de Valle y que ya tenemos bien cerca.

La Collada o Collá la Doca (546 m).
Aquí tenemos la opción de ascender a la cimera del Tombu y bajar por Les Llanes del Cayu a Valle. Opción esta que nosotros hubiéramos tomado de no ir ya un poco apurados, y es que nos lo tomamos con calma. Así que tomamos la pista que, por el Oeste, baja por la vaguada de Valdegallinas, y que va a ser más rápido.

Al poco de tomar la pista llegamos a una fuente donde me sucede el percance del día;
yo a beber y la cámara de fotos a bucear hasta el fondo del abrevadero.
Total que, tras una semana secando entre arroz, volverá a funcionar sin mayor problema.

Perdemos rápidamente altura pasando junto a la arreglada cabaña del Peruyeru, donde vemos un simpático poste señalizando múltiples opciones.

En nada caemos de nuevo a Puente Los Ciegos, en la cuenca del Río Valle, entroncando así con la pista de hace unas horas.

Por la que, rápidamente y totalmente sumida en niebla, llegamos de vuelta a Valle y a su Iglesia de Sta. María Magdalena donde tenemos el coche, poniendo fin a esta prestosa ruta.
Cambio de ropa y a otra cosa.

Os dejo el perfil de elevación.

¡¡Un saludo!!