viernes, 5 de febrero de 2016

Pico Vízcares. Circular desde La Pesanca (Piloña).

Ascensión al Pico Vízcares o Les Vízcares.
Sierra de Aves (Piloña).
Ascenso por Traslafuente - Descenso por Vallina Luiña.
Circuito desde La Pesanca.


(Foto: Noemí Campo)

Hoy le toca el turno a todo un clásico de las sierras interiores asturianas: el Pico Vízcares, cumbre más relevante de la Sierra de Aves y techo del concejo de Piloña.
Pese a su modesta altitud (1420 m), sus impresionantes vistas en cualquier dirección, no nos dejarán indiferentes.
La ruta que hoy realizaremos el grupo de amigos Los de Las Claras, sigue el habitual itinerario que, desde el Área Recreativa de La Pesanca, nos ascienda vía la majada de Cureñu, a la hermosísima collada de Traslafuente, desde donde ganaremos la cuerda de la Sierra de Aves. Tras un sencillo cumbreo, coronaremos la cota más alta de esta sierra: el Vízcares.
El descenso lo haremos por la algo menos habitual vía de Vallina Luiña, bautizada como "La Directísima".
Descenso con muy fuerte pendiente que pondrá a prueba nuestras rodillas.
Tras pasar por las arregladas cabañas de Degoes y el Muñizón, nos volveremos a incorporar a la pista que nos llevará de vuelta a La Pesanca.


Cota mínima: 385 m.
Cota máxima: 1420 m.
Desnivel acumulado: 1170 m.
Distancia: 14 km.
Tiempo: 8 h (con las paradas).

Aquí os dejo el track:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12338003

Por la N-634 llegaremos a Infiesto, donde nos desviaremos por la PI-4 dirección Espinaredo, continuando a Riofabar. A partir de esta localidad la carretera, ya pista asfaltada, nos llevará en unos 2 km y previo paso por el área de Arboreto de Miera, al aparcamiento del área recreativa de La Pesanca (385 m), situada junto al Río Infierno y punto de inicio de nuestra ruta.

Iniciamos nuestro recorrido cruzando el Río infierno por el puente que hay junto al aparcamiento, y continuando con rumbo Sureste por la ancha pista forestal que recorre el frondoso valle a la vera del río.

Tras unos 2 km largos de cómodo caminar y, al llegar a las Foces del Infierno después de haber dejado atrás las arregladas casas del Muñizón, abandonamos la pista principal por nuestra izquierda para coger el camino de Traslafuente.

A los pocos metros del desvío, vadeamos el Río Infierno por este puente de madera (520 m).

Vista del Río Infierno aguas arriba.

Toca subir un fuerte repecho hormigonado, tras el cual viene un tramo más tendido bordeando el Monte la Cerezal y adentrándonos en el valle de la Estaquera.

Llegamos así a un nuevo puente de madera (616 m), por el que vadeamos el Arroyo de la Estaquera, el cual vierte sus aguas al Río Infierno más abajo, en las inmediaciones del anterior puente.

Observamos con desencanto que, a partir de aquí, han destrozado el antiguo sendero que ascendía a Cureñu, abriendo una ancha y fea pista terrera. Incluso, junto al puente, han hormigonado el cauce del Arroyo de la Estaquera, como podéis observar en la foto.
Es seguro que si llegamos a saber lo de esta pista, nos hubiésemos replanteado la ruta.

En este feo tramo de pista sólo he hecho esta foto a un roblón que ha tenido la suerte de no interponerse en la trayectoria de la misma y se ha salvado del destrozo, porque si no, seguro que acaban con él sin miramientos.
Ya vamos en continuo ascenso con tendencia al Este.

Por fin alcanzamos los pastos de la hermosa majada de Cureño por su parte baja (825 m). Justo detrás, la Sierra de Aves.
Abandonamos así la fea pista, que no me extrañaría que la continuasen a Traslafuente en un futuro.

Buenas cabañas rodeadas de fresnos.
El sitio bien merece una paradita que aprovecharemos para reponer fuerzas.

Continuamos con nuestro rumbo Este hacia la parte alta de estos pastos.

Pasando junto a esta guapa cabaña.

Techada con llábanes y en perfecto estado.

Unos metros más arriba de la cabaña, alcanzamos esta buenísima fuente, cuya agua habrá que probar. 

Continuamos en ascenso diagonal por la pradería de la majada hasta interceptar el marcado sendero.
Vista atrás sobre el valle del Infierno, podemos ver los bellísimos Collaos de Ciébana, entre la Peña Castiellu y la Sierra de Xiblaniella. Detrás, la Sierra del Frieru, con su Pico Facéu. Todo eso lo recorrimos hace unos meses y es una zona preciosa. Podéis verlo AQUÍ.

Por el evidente sendero ascendemos por la Cuesta La Collada.

Para ir girando al Sur en aproximación al precioso Collado Traslafuente. Vemos el Maoñu, el otro "grande" de la zona; éste quedará para otra ocasión. Bajo su vertiente noroccidental se encuentra la majada de Traslafuente.
No es necesario caer del todo al collado en sí, pero sería una pena dejarlo de lado, que pueda que sea de los más guapos de Asturias. De paso nos acercaremos también a la majada, que creemos merece una visita.

Collado Traslafuente (1053 m).
¡Espectacular!
Límite Piloña y Ponga.

Al Noroeste, en Piloña, el valle de la Estaquera, por donde hemos subido, entre los Montes del Infierno y la Sierra de Aves.
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Al Sureste, en Ponga, el valle de Llevarda, por donde podríamos bajar a Vallemoru y Taranes.
Al fondo, el Pierzu, detrás, Picos de Europa.
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Un poco de zoom hacia Picos, destacando la mole del Pierzu, justo delante.

Continuamos, en rumbo Suroeste, por el senderín que nos lleve del collado a la próxima majada de Traslafuente.
(Vista atrás)

A la entrada de la majada nos encontramos con esta fuente.

Detalles naturales esperando la eclosión.

Majada de Traslafuente (1060 m).
Muy guapa. Con unas cuantas cabañas.
Al fondo vemos la crestería de El Tren, que continúa hasta el Maoñu.

Guardando la entrada.

Nos encontramos, en el medio de la majada, con esta hornacina en cuyo interior hay la figura de un santo.

Esta majada todavía cuenta con unas cuantas cabañas en pie y uso.

Desde aquí ya tenemos una buena panorámica de la cuerda suroriental de la Sierra de Aves, que tenemos que seguir. Y la primera vista, hacia la izquierda, nuestro objetivo: el Vízcares.
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Visitada la majada, volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado, donde continuamos por marcado sendero en rumbo Noroeste bordeando el Cantu la Teya, que vemos a la derecha de la imagen, ascendiendo ya por la vertiente suroccidental de la Sierra de Aves.
Justo por debajo de la cuerda de la sierra, vemos el bosquete de tejos que recorreremos antes de ganar la misma.

Avanzamos ya por terreno más calizo, siempre siguiendo el evidente sendero en cómodo ascenso.

Entre espineras, acebo y algún tejo.
Estamos en la senda de La Culebrina.

Alcanzamos así la pindia campera del valle o campo de La Culebrina, donde debemos girar 90º a nuestra derecha e ir remontándolo con rumbo Noreste.
(Vista atrás)

La pradería finaliza, y continuamos por zona más caliza en fuerte ascenso; sin sendero definido, aunque encontraremos alguna marca de pintura y jitos.
Desde aquí podríamos encaramarnos ya a la arista por el collado de La Verdad, pero encontramos más interesante conocer primero el próximo bosque de tejos, por lo que, en breve, continuaremos en ascenso, pero cortando en oblicuo hacia el bosque.

Un descansín admirando las imponentes vistas hacia la Sierra del Trallán, con la majada el Rasu y la Foz de Los Cubilones más en primer término.

Entramos así en este precioso bosque de tejos que iremos recorriendo por donde nos parece.


Magníficos ejemplares de gran tamaño.

Salimos del bosque en busca de la cresta, bordeando el alomado Pico La Verdad.
Vista atrás hacia el valle de La Culebrina.

Atrás va quedando el Collado Traslafuente y el Maoñu. Aparecen ya imponentes cumbres de la Cordal de Ponga, como la mole de la Llambria y, a su derecha, el Campigüeños.
Detrás del Maoñu, Los Tornos, en la Sierra de Pandemules.
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Ganamos la arista de la Sierra de Aves.

 Por donde continuamos siguiendo la cuerda, con rumbo Noroeste, en un fácil cresteo sin ningún tipo de complicación.

Vista hacia el Cunio y, a su izquierda, más baja, la collada de Piedrafita.

A alguno le parece avistar la cumbre, pero no, es El Cabezu.
El Vízcares todavía no se deja ver.

Alcanzado el Cabezu (1360 m), ahora sí vemos el Vízcares.
No queda otra que perder altura descendiendo al collado que nos separa de él.
Serán unos 40 m aproximadamente lo que perdamos.
Desde aquí no se aprecia sendero e, incluso, parece que la zona está un poco tomada pero, a poco que descendamos, ya encontraremos marcada vereda que recorreremos sin problema.

Como se nota que estamos entrando en terreno de cuarcita, el brezo empieza a dominar, ya que gusta de estos suelos más ácidos.
Como os decía, aunque se vea tomada la zona, se recorre sin problema.

Desde el cielo el buitre nos observa.

La senda nos asciende por la izquierda de estos bloques de cuarcita.

Una vista atrás hacia El Cabezu.

Sin dificultad ninguna, más que el desnivel, ganamos la antecima.

Sólo nos restan unos pocos metros hasta alcanzar la cumbre.

Vista atrás hacia la antecima.

Coronamos el Vízcares o Les Vízcares (1420 m).
Máxima altitud de la Sierra de Aves y techo del concejo de Piloña.


Las vistas impresionantes en cualquier dirección.
La cuerda de la Sierra de Aves que continúa hacia el Noroeste.

Hacia el Norte, la foz del Foceyo, la Sierra de Pesquerín y, al fondo, la Sierra del Sueve con el Pico Pienzu.
Detrás, el Mar Cantábrico.

Una panorámica de Noreste a Sureste.
Desde las sierras de Ribadesella y la Sierra del Cuera a la Cordal de Ponga pasando por Picos de Europa.y la Cordal del Colláu Zorru.
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Zoom a Picos, donde destaca la Peña Santa.
El Pierzu, justo delante.

Zoom a la Cordal de Ponga, destacando la Llambria, justo encima asoma tímidamente el Tiatordos (ver ruta). Vemos la piramidal silueta del Maciédome (ver ruta). El afilado Campigüeños o Peña Les Víes, por ahí estuvimos hace poco (ver ruta) y, a la izquierda, la Cordal del Colláu Zorru cuyo Pico Zorru también visitamos recientemente (ver ruta).
Más en primer término el Maoñu y el Collado de Traslafuente, de donde venimos.

Del Noroeste al Sur.
Desde el Torres a la Sierra de Peñamayor, pasando por el Macizo de Ubiña y el Aramo. El valle del Río Infierno por donde iniciamos la ruta y las sierras del Trallán, Xiblaniella, Frieru, Sellón.
Vemos la majada Llebrada, en la zona de Vallina Luiña, por donde descenderemos.
(Pinchar para ampliar)

Zoom al Torres (ver ruta).

Y al Macizo de Ubiña, destacando Peña Ubiña (ver ruta), Ubiña la Pequeña (ver ruta), Cerreos (ver ruta) y el sector que va de los Castillines a los Fontanes.
Más en primer término Peñas Negras y Peña Mea. Podéis ver dos variantes de la ruta AQUI y AQUÍ.

Tras un buen rato en cumbre, nos vamos hacia Vallina Luiña; descenso de la forma más directa por la vertiente occidental de la sierra.
Perderemos alrededor de 1000 m en unos 3 km hasta alcanzar el fondo del valle.

Así que desde la cumbre para abajo sin sendero definido, entre brezo y por donde mejor lo veamos, por terreno muy pendiente. Sin mayor dificultad que el desnivel.

Descendemos pindiamente por la loma que asciende desde el Cantu Abedul donde, a su derecha, se encuentra la recóndita majada Llebrada, a la que nos dirigimos. No haría falta llegar a ella pero creemos merece la pena conocerla.
A la izquierda Vallina Luiña, por donde continuaremos el descenso.

Majada Llebrada (1110 m).
Sólo se conserva esta cabaña en pie y parece que con cierto uso.

El resto totalmente arruinadas.

Desde Llebrada, sale un senderín que corta prácticamente en horizontal la cabecera de Vallina Luiña hasta los paredones de El Peñón, para internarse en el hayedo donde se pierde. Será el que seguiremos.

Vallina Luiña, más pendiente de lo que parece en la foto.

Una vista atrás al sendero que vamos siguiendo.

Entramos en el hayedo.
El sendero se pierde y el terreno está muy resbaladizo.

Vemos más cómodo continuar descendiendo por el borde del hayedo, por donde nos parezca.
A veces se adivina alguna traza, pero el sendero está perdido en estos tramos iniciales.

(Vista atrás)

Tras un buen tramo de descenso, y como a unos 940 m de altitud, encontramos marcada huella y jitos trazando "zetas". Parece que la senda viene por el otro margen de la vallina procedente del Cantu Abedul.

Según nos vamos aproximando a Degoes el bosque irá cambiando, empezando a dominar el avellano, acebo y algún roble ya en la parte  baja.

Alcanzamos una primera cabaña arruinada entrando en Degoes.
El camino continúa en descenso por su derecha, pero es impracticable. Debemos descender por la izquierda de la cabaña bajando por su finca (jitos).

Degoes (540 m) con sus arregladas casas.

Continuamos por una pista a nuestra derecha en rumbo Noroeste.
Y cruzaremos el Arroyo los Abeyeros.

Para darnos de bruces con este Land Rover que vivió mejores tiempos.

Seguimos en descenso para alcanzar el fondo del valle y continuar ya de forma tendida a la vera del Río Infierno. Un tramo donde la pista está muy degradada y con mucha humedad, pero que nos dejará guapos rincones.

Río Infierno.
Muy guapa esta parte del trayecto.

Cómodamente nos vamos aproximando al Muñizón.

Otra del Infierno aguas abajo.

Cruzamos el río por un puente de hormigón.

Para salir a las arregladísimas casas del Muñizón.

Donde por este camino interceptaremos la pista que viene de Moñacos.

Ya por el tramo inicial de la mañana llegaremos a La Pesanca.

Os dejo el perfil de elevación.

¡¡Un saludo!!