viernes, 19 de abril de 2019

Circunvalando la Peña Llorío (Laviana).

Circunvalando la Peña Llorío
- Valles de Soto, Fombermeya, Ribota y Llorío -


(Peña Llorío)

Llorío, lugar y parroquia del concejo de Laviana cuyas aldeas se asientan en las llanas vegas de las dos orillas del Nalón, pero es hacia el Sur, que el resto del terreno va ganando altura desde la Peña Llorío y la Peña'l Fanu hacia el Guanalón, extendiéndose más allá hacia el Picu la Forcá, y demarcando los murallones de la Sierra del Crespón el territorio por el Oeste.
El río Soto, que baja de las inmediaciones del Guanalón, la riega Solapeña o Llorío y el Ribota o Raigosu, desembocan todos ellos en el Nalón por su margen izquierdo, formando otros tantos valles  por los cuales va a discurrir nuestro itinerario de hoy. Siendo un circuito muy sencillo que mayormente sigue los pasos del PR AS-53 Raigosu (lo modificaremos un poco); siempre por evidentes caminos y cuya mayor dificultad es el enfrentar alguna zona muy embarrada.
Se trata, por lo tanto, de un recomendable e interesante paseo que se desarrolla dentro del ámbito del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras y que se puede complementar con el ascenso a alguna de las cumbres de la zona, como puede ser la propia Peña Llorío o el Guanalón, entre otras opciones.

Cartografía IGN 1:25000 Hojas 53-4 y 54-3

Cota mínima: 321 m.
Cota máxima: 782 m.
Desnivel máximo: 461 m.
Desnivel acumulado: 515 m.
Distancia: 11,5 km.
Tiempo: 5 h (Con las paradas).
Inicio/Fin: Soto Llorío.

Descarga el track AQUÍ.


Por la AS-117 y después de rebasar Pola de Llaviana y Puente d'Arcu, llegamos a la rotonda que da acceso a El Condáu y a Soto Llorío, aldea ésta situada en el margen izquierdo del Nalón y punto de inicio de nuestra ruta.
Aparcamos en un apartadero (337 m) ubicado en las inmediaciones de la rotonda, ya que en el pueblo no hay mucho sitio para dejar el coche.

Comenzamos así nuestra andadura entrando inmediatamente en la aldea de Soto Llorío.

Pasando al momento junto a un molino hidráulico en la orilla del reguero de Soto, molino que se ve en perfecto estado y seguramente sí que funcione. Se trata del molín del Gorguyu o Molinucu.

Y, como siempre, poniendo también atención a otros detalles tradicionales que nos vamos encontrando.
Enseguida, y a la altura de dos hórreos consecutivos, tomaremos el ramal derecho que asciende ligeramente y señalizado con las marcas del PR AS-53 Raigosu.
Importante conjunto de hórreos conserva Soto, por lo que es conocido como el "pueblu de los horros".

Ramal por el que abandonaremos esta aldea, ubicada entre el picu La Peruyera y Los Picaraxos, en la parte baja del valle por el que desciende el reguero de Soto para desembocar al Nalón.

En su caserío agrupado tienen nombre propio La Llana, El Gorguyu, El Panaeru, La Plaza, La Panerona, La Portalá, El Campu y La Pedreguera, en el margen izquierdo, y La Casabaxo, el Solorro los Maeros, La Quintanilla, Caudevilla, La Pandeta y La Chabola, en el derecho.

Y así habremos tomado ya la ancha pista forestal conocida como el Camín de les Fuentes, o Camín de Guanalón, como viene en la cartografía del IGN, que asciende hacia el Sur inicialmente en suave pendiente y siempre por el margen izquierdo del valle.

En el margen contrario, las imponentes faldas del Fueyu, en la Sierra del Crespón, que no se librará de la niebla en todo el día. De hecho, hace bien poco que ha dejado de llover.

Vista atrás, abajo va quedando Soto en la salida del valle.

Entre castaños, avellanos, robles y algún abedul, nos vamos adentrando en el valle aguas arriba, siempre por camino de buen firme, del que surge alguna ramificación de entidad, que sin embargo obviaremos, al no haber duda posible al respecto de la ancha y evidente vía que nos interesa.

Se alternan tramos de subida con otros de llaneo en cómodo y agradable paseo.

Para enseguida llegar a la altura de La Peorrúa, a la sombra de la Peña'l Fueyu.

Al frente ya asoman los dentados e irregulares crestones de la cordal de Peña Llorío.

Y tapizando la parte baja de las laderas del Fueyu, vemos las fincas de Bodegues y el Llanu.
Por debajo nuestro discurre el curso del Soto, que prácticamente nos pasa desapercibido.

Día inestable el de hoy, y la niebla no abandona las altas cumbres, por lo que vamos a limitarnos a un sencillo pero guapo recorrido.

Alcanzamos entonces el cobertizo de Teyera cuando nos vamos aproximando a Campa Fondera.

Hacia atrás, y sobre el margen derecho del Nalón, se yerguen los Caspios, en la cordal de Breza, junto a una invisible Xamoca, totalmente oculta tras las nubes.

Toca remontar un repechín para llegar a la buena fuente de Campa Fondera (550 m), junto a una cabaña y donde hubo mesa y bancos.
Veremos en este lugar un ramal que asciende por nuestra derecha, junto a otro, poco más adelante, de los que nos desentenderemos.

Y, como a unos 100 m uno más, que por la izquierda baja a cruzar el río y se desvía hacia Les Pericuetes y Campu Tiñosu, por donde se puede subir hacia el antiguo aprovechamiento minero de Llampaces y ganar la cimera de la Sierra del Crespón. También lo obviaremos.

Continuamos así nuestro apacible recorrido disfrutando de la grandeza del paisaje.

Hasta llegar a una bifurcación clave (515 m), donde la ramificación de la izquierda se dirige en llano hacia las fincas del Cándanu. Sin embargo nuestra opción pasa por tomar el de la derecha, que sube a Les Edraes, como vemos señalizado.

Toca entonces superar un tramo de más fuerte subida.

Por donde el camino hace un par de tornos serpenteando entre las fincas de Les Edraes, que se descuelgan tapizando las laderas que decaen de la Peña Llorío.

Conservando incluso nuestra senda algún pequeño tramo donde aún se adivina su antiguo empedrado.

Así nos aupamos a la fuente Les Edraes (643 m), ligeramente apartada de la vía principal.

Desde donde ya tenemos buenas vistas de la majestuosa Sierra del Crespón. En este caso hacia la cabecera del valle de Soto con las fincas de Campa Tiñosu.

También hacia Les Pericuetes y el curso bajo del valle.

Continuamos entonces muy cómodamente en llano.

Cuando nos vamos aproximando a la base de Peña Llorío en busca de la cabecera del valle.

Tramo vistoso, en el que el bosquete se descuelga en busca del fondo de la vaguada.

Por donde llegamos a una nueva ramificación, que se eleva a nuestra derecha y que da servicio a las fincas de la zona. Nosotros de frente, sin variar el rumbo, siempre al Sur.
Llama la atención un llamativo y trabajado jito que señaliza el camino.

Y los cerezos en flor que jalonan nuestro caminar.

Vamos alcanzando la cabecera del valle, con un Guanalón que ya impone su presencia.

Cruzamos entonces por un bonito rincón ocupado por un pequeño grupo de hayas.

Siempre el camino cómodo y de buen firme que, como podéis ver, ofrece poco margen a la duda.

Con unas vistas muy guapas matizadas por el verde "eléctrico" primaveral. Habrá que acercarse en otoño, que debe de ser de un colorido espectacular.
Desde aquí podemos apreciar, en el otro margen, la empinada senda que remonta en múltiples zig-zags las agrestes laderas occidentales de la Peña'l Fueyu, en busca de las antiguas explotaciones de hierro de Llampaces, la cual continúa hasta ganar la cumbrera de la sierra y por donde se puede realizar una interesante travesía hacia Soto de Agues devolando el cordal.

Una panorámica de la Sierra del Crespón, desde el Fueyu o Llampaces hasta el Guanalón.
Límite natural con el vecino concejo de Sobrescobio y, por tanto, con el Parque Natural de Redes.

Y, por nuestra derecha, la Peña Llorío o Picu Cordal, justo en su vertical.

Pero lo cómodo se acaba y tenemos que remontar un repecho hormigonado de fuerte pendiente; nada grave, no son muchos metros.

Y el ya omnipresente Guanalón, al cual se puede ascender desde este itinerario, tomando la senda que atraviesa el hayedo de So Grande, para devolar la Sierra del Crespón por la Huella Carbaya, ofreciéndonos la posibilidad de realizar otra guapa travesía hacia Soto de Agues; queda pendiente para el otoño.

Entre detalles primaverales...

...soslayamos una pequeña y coqueta cabaña cuando cruzamos por las fincas de Navalín.

Sortea el camino entonces una riega donde nos encontramos un bebedero y es zona un poco embarrada.

Y ya, entre fresnos, una cuadra de buen porte nos da acceso a la collada Navalín, en la cabecera del valle de Soto.

Collada El Cordal o Navalín (778 m).
Cota más alta de la ruta de hoy y encrucijada de caminos, en la cual se conserva una fuente seca del año 1983, desde donde podríamos acometer el ascenso a la Peña Llorío que hoy sin embargo obviaremos dado que el día no está muy apacible.

Desde El Cordal se divisa una magnífica vista por Oriente sobre el valle de Fombermeya hacia las montañas de Peña Mea, que se elevan por detrás de la Peña'l Fanu, y que hoy apenas se dejan ver. También a las campas Doñango y Felguera, sobre el valle de Los Tornos.
En esta collada parten dos caminos: el de la izquierda, que bordeando las lomas que conforman la misma nos aproxima al Guanalón por el hayedo de So Grande, como habíamos comentado, y el de la derecha (una pista de tierra), que nos lleva en dirección al valle de Fombermeya y que es nuestra opción.
Bajando por esa pista llegamos a Pandu Peral, desde donde podemos ver los caseríos y praderías de Daón.

Un poco de zoom al sector de Peña Mea, cumbre que se deja ver tímidamente entre las nubes, con la collada de Campa Doñango a su derecha y por detrás de la escarpada Peña'l Fanu, en primer término.

Nos despedimos por lo tanto del Guanalón.

Continuando entonces en ligero descenso sobre el margen derecho del valle de Fombermeya y las praderías de Daón, donde nos llama la atención algún tejo de buen porte.

Atrás va quedando la Peña Llorío o Picu'l Cordal, que da continuidad a las peñas de Les Boñigues, las cuales iremos soslayando.

Y es por ese colladín que vemos, que podríamos encumbrarnos en la cordal y ganar fácilmente Les Boñigues. Apuntado queda para un día con mejores vistas y que no amenace lluvia.

Así, entre abundancia de gamones vamos bordeando las citadas peñas, que culminan por occidente en el Cantón de la Bariraña, y donde vemos algún solitario tejo que a duras penas se abre paso entre los cantiles.

Para ir tomando nuestro camino tendencia meridional por entre las fincas de La Colladiella.

Abocándonos ya sobre el valle de Ribota, cuando recorremos el Monte Los Caleyos que decae hacia el fondo del mismo, y donde nos llama la atención la estaquera que sigue el curso del camino, reforzada con barrenas de las usadas en las minas.

Y, por detrás del piquín Culeta, en primer término, muy buenas vistas hacia el amplio valle de Los Tornos, con la aldea homónima a la derecha y que culmina en la collada Doñango. Vistas que serían magníficas de estar despejado y poder admirar la mole de Peña Mea presidiendo el lugar. También la altiva Peña'l Fanu, que se eleva entre las foces del Raigosu y Cobellanes.

Pero he aquí que la pista, y por lo tanto el PR AS-53 que hasta ahora hemos seguido, comienzan un descenso por nuestra izquierda en busca de la aldea de Acebal, en el fondo del valle de Ribota, nosotros, sin embargo, vamos a hacer una variante al abandonar ese itinerario, continuando por el camino que sigue de frente sin perder altura. Camino que, en un corto tramo, se encuentra muy embarrado cuando cruzamos por entre las fincas de Los Llanos.
En la lomera del margen izquierdo del valle de Ribota, divisamos la aldea de La Pumará.

Y así, como buenamente podemos, salvamos esta incómoda zona cuando vamos dejando atrás el Cantón de La Bariraña; podríamos decir que se trata de la única dificultad del día.

Comenzamos entonces un más acusado descenso por senda que se aprecia menos frecuentada.

Pero no queda otra que cruzar por nueva zona embarrada que solventamos sin gran dificultad.

Pasando al momento junto a una buena fuente a la vera del camino.

Y con guapas vistas de estos valles. En este caso hacia Grandiella, el Pico La Felguerina y el Montarro, en la cordal que se descuelga de Campa Felguera, con el Prau Bra al fondo.

Senda ésta que seguimos, que incluso conserva algún vestigio de su antiguo empedrado.

Que nos lleva a cortar por entre las fincas de Riondas y Valluco.

En agradable paseo siempre al Norte por la lomera que separa los valles de Ribota y Llorío.

Para ir cayendo hacia el colladín del Cantu les Xanes, donde el camino se bifurca, debiendo entonces continuar por el ramal izquierdo.

Ramal que, en nada, nos lleva a pasar por entre las cuadras de Camporru (555 m).

Lugar éste de Camporru donde vamos a ver algún elemento tradicional de interés.

A donde llega una pista desde el fondo del valle de Llorío que debemos tomar, dejándonos caer por la misma en un quiebro hacia el Sureste para adentrarnos en dicho valle, dominado por la agreste vertiente septentrional de la cordal de la Peña Llorío, a la que le estamos dando la vuelta.

Y con buenas vistas hacia la cuenca del Nalón, donde se deja ver la localidad del Condáu.

Total que, en dos o tres centenares de metros, cruzamos por el caserío de la Embesná; nuevamente nos fijamos en algún detalle tradicional que nos llama la atención.

Toma entonces la pista más fuerte pendiente revolviéndose hacia el fondo del valle, retomando el rumbo norte en busca de la localidad de Llorío.

Localidad a la que accedemos por su extremo meridional, concretamente por el barrio de Fonfría d'Arriba, donde si buscamos la cuenca del arroyo, vamos a encontrarnos con un coqueto rincón en el mismo cauce del reguero Llorío o Solapeña,

Pero es ligeramente por encima del río, que se encuentra otro lugar destacable.

Se trata de la fuente de Fonfría, que da nombre al barrio y cuya construcción data de 1920.

Visitada la fuente, nos adentramos en la aldea de Llorío, pasando junto a una antigua edificación de curiosa y singular fachada, decorada a base de botellas de sidra.

Y caleyando entre sus casas, nos encaminamos al núcleo de esta aldea, cabecera de la parroquia de San Martín de Llorío, compuesta por los siguientes pueblos y caserías: L'Acebal, La Barrosa, La Cabaña, La Canterona, Ciargüelu, La Enbesná, La Fombermeya, Iguanzo, La Llera, Llorío, Muñera, El Pandanusu, Pando, Payandi, Piñeres, El Puente d'Arcu, El Quintanal, La Rasa, El Rebuldiar, Ribota, Samielles, Soto, Taraña y Les Xanes.

Y a la sombra del Picu'l Cordal o Peña Llorío, dentro de su caserío agrupado se distinguen los siguientes barrios: La Calavera, El Caleyu, El Campu la Iglesia. El Cantón, La Cordelera, El Cuetu, La Foxaca, Fonfría de Abajo y Fonfría de Arriba, La Llera, Pasaolarriega, La Pontica y Solorrucu.

Lugar de importante pasado agrícola, como atestiguan los 115 hórreos y paneras que existían hacia 1930 en toda la parroquia, de los que aún quedan 76; también 17 molinos localizados.

Aún conserva el pueblo de Llorío 17 hórreos y 6 paneras, bajo los cuales descansan, ya sin uso, elementos de la vida diaria de otros tiempos, como son los viejos carros del país.
Tuvo también esta aldea una importante fragua y tres molinos.

Hórreos entre los cuales destaca, sin lugar a dudas, el de Remixín.
Se trata de un buen ejemplar del llamado estilo Villaviciosa con arco sobre la puerta y varias tallas, entre las que sobresale por su singularidad, una escena erótica que se desarrolla entre dos hombres y una mujer. Talla que se encuentra muy degradada por lo que puede pasar desapercibida.

Son muchos los detalles de interés etnográfico que podemos admirar.
Mencionar también la iglesia parroquial de San Martín, a la que sin embargo no nos acercamos al no conservar ya ningún elemento de su origen románico.

Fue Llorío cuna de personajes ilustres como fray Norberto del Prado Zapico (1852-1918), notable dominico.
De aquí era también "Manolín el de Llorío", el último guerrillero asturiano, que aún vivía hasta hace pocos años.
Y, entre sus festejos, tuvo gran tradición l'antroxu y l'enramáu de fuentes, así como la procesión de les ánimes y bailes al son de la pandereta y el tambor.

Y ahora sí, sobre el otro margen del Nalón y por detrás de las peñas de La Aldea, se yergue el baluarte de La Xamoca, que ya va pidiendo nueva visita.

Entre bucólicas escenas propias del entorno, vamos buscando la parte occidental del pueblo.

Para abandonarlo por una pista al reincorporarnos al PR AS-53.

E ir así soslayando las fértiles vegas de Llorío, a la vera del Nalón.

Tendido camino que nos llevará hacia el Oeste de vuelta a Soto, para ir pensando ya en cerrar el circuito.

Paralelos al margen izquierdo del Nalón, discurre nuestra senda aguas arriba del río siguiendo la canalización de La Curuxera.

Se trata de un guapo tramo este de la canal de la Curuxera, canal que abastece la central eléctrica homónima situada al lado de Puente d'Arcu, a unos 3 km aguas abajo.

Así alcanzamos la edificación desde donde se controlan las compuertas del azud que alimenta la canal.

Y, al otro lado del azud en el margen derecho del Nalón, la localidad del Condáu.

Donde destaca el torreón de fundación romana usado en la Edad Media que, junto a otros fortines, se encargaba de vigilar la antigua calzada que se adentraba en Asturias por Tarna.

Pues nada, solo nos resta pasar junto a unas instalaciones hosteleras donde vemos retozar a unos desaseados amigos, y llegar así a la altura de la rotonda donde tenemos el coche, finalizando este guapo paseo por los valles llavanieses del margen izquierdo del Nalón.

Os dejamos el perfil de elevación.

¡¡Un saludo!!