El Tiatordos por Palombar y Piedrafita en circular desde Pendones (Caso).

El Tiatordos desde Pendones (Caso).
Cordal de Ponga.
Circular por la Foz de Palombar y la Mayá de Piedrafita.
- Parque Natural de Redes -

(El Tiatordos)

El Tiatordos es una de las cumbres señeras del Principado de Asturias. 

Inconfundible por su altivez y volumen, que lo hacen destacar desde muchos puntos de la geografía asturiana y, sobretodo, por su característica silueta.
Balcón espectacular en todas direcciones desde el que se admira todo un elenco de valles y cumbres de la montaña asturiana, cuyas vistas se extienden incluso desde la montaña palentina y leonesa hasta el mar. Estas panorámicas y unas espeluznantes caídas completamente verticales de casi 600 m, en su sumamente escarpada vertiente pongueta, hacen que esta cumbre sea conocida en el ámbito montañero como "la Montaña Perfecta".

Se sitúa en la Cordal de Ponga de la cual es su máxima altitud. Cordal esta cuya línea principal es divisoria de aguas entre las cuencas del Nalón y del Sella separando, por lo tanto, los concejos de Ponga y Caso, comenzando la sierra en el puerto de Tarna y extendiéndose hasta el pico Maoñu, donde confluyen ambos concejos con el de Piloña.

Tres años hacía de la última visita y ya tocaba volver; y es que la belleza de esta cima junto con estos paisajes tan impresionantes hacen del lugar un sitio único e imprescindible para el montañero.

Nuevamente elegimos para iniciar la ruta la localidad casina de Pendones, aunque esta vez vamos a hacer el itinerario en sentido inverso al de aquella ocasión y con alguna pequeña variante.
Se trata de una ruta que, si bien no tiene especiales dificultades técnicas, si que exige cierta condición física, pues los desniveles a superar son importantes. También debemos estar atentos en algún punto con respecto a la orientación.

" Dedicado a la memoria de mi tío Torres,
 que desde las nubes seguirá contemplando nuestras andanzas.
 Cada vez que subamos una cumbre estaremos más cerca de ti. "

B.Sáez

Cartografía IGN 1:25000 Hojas 79-2 y 54-4

Cota mínima: 758 m.

Cota máxima: 1951 m.

Desnivel máximo: 1193 m.

Desnivel acumulado: 1270 m.

Distancia: 14,5 km.

Tiempo: 8:30 h (Con las paradas).
Inicio/Fin: Pendones.

Por la AS-117 que sube al puerto de Tarna y a unos 9 km después de rebasar Campo Caso, llegamos a la aldea de Pendones, perteneciente a la parroquia de Sobrecastiellu, donde dejamos el coche en su buen aparcamiento (758 m).
Comenzamos a caminar por la pista asfaltada que, al lado del bebedero, parte en rumbo noreste y aguas arriba sobre el curso del río Pendones, afluente del Nalón y que iremos dejando por nuestra derecha. Nos incorporamos así al trazado del PR AS-65 Ruta del Tiatordos.
Vista atrás, y en el otro margen de la cuenca del Nalón, vemos las escarpaduras del pico Abariu.

Muy cómodo y tendido este inicio de ruta donde ya vemos, desde el primer momento, nuestro objetivo: el Tiatordos, iluminado por los primeros rayos de sol y enmarcado por la entalladura de la Foz de Palombar, angostura que tendremos que remontar entre el pico homónimo y el Xerru Mateos, a la izquierda y la Peña l'Arcu, a la derecha.

Enseguida dejamos a un lado un cobertizo y cruzamos la riega de Llábana, que la pista vadea y donde vemos un rústico puente para salvar el arroyo, en caso de que baje crecido.

Obviamos al poco un desvío por la izquierda y, en nada, cruzamos el reguero de La Faya por un puente de hormigón. Hay que estar atentos porque, nada más cruzar dicho puente, vamos a ver un cruce (819 m) con señalización del PR, donde debemos tomar el ramal de la izquierda que asciende; el otro se dirige por la Foz de Congostín y Recuencu al Colláu Llagu, en las inmediaciones del Maciédome.

Toma entonces la pista ligero ascenso sobre el curso de la riega de La Faya, aguas arriba en rumbo norte y llegamos a una nueva bifurcación (870 m), continuamos entonces por el ramal que sube por la derecha; el otro se dirige a braña Maída.

Y ya en fuerte pendiente, pocas treguas va a dar el camino de ahora en adelante; así que con calma.

Discurre entonces la pista flanqueada de hayas en un tramo umbrío muy bonito hacia Sen de La Vara.

Curva a derechas del camino donde recuperamos el resuello con la excusa de admirar este magnífico entorno.
 Vemos las camperas de las fincas que caen a la vaguada del reguero La Faya bajo los crestones calizos de la Xerra Cabrera y el Xerru Toral.

Gira bruscamente el camino al Sureste y las vistas se van abriendo según ganamos altura.
Comienzan a emerger por detrás de la cuerda del Fitu Muries y Abariu cumbres importantes como el Cantu l'Osu.
En el fondo del valle, y ya bien abajo, vemos Pendones.

Alcanzamos así Sen de la Vara (985 m), para cambiar al valle adyacente de Los Valliquinos, donde confluyen los arroyos de Palombar, Forniellu y la Requiebra dando nacimiento al Río Pendones; vemos ya más próximo el tajo de la Foz del Palombar, entre los crestones del Xerru Mateos y la Peña l'Arcu, foz que seguidamente vamos a remontar en busca de la base del Tiatordos.

Desde el mismo punto, una vista a la entalladura de Forniellu y, a la derecha, la de Congostín, por donde desciende el arroyo La Requiebra y sube una de las rutas hacia el Maciédome; entre ambas la Peña La Berezosa.

Total que el camino, que ya ha perdido su condición de pista, corta en llano a media ladera del Xerru Toral tomando tendencia nororiental y sobre el fondo del valle.
Ligeramente por encima nuestro, las cabañas de Sen de La Vara, sobre un colladín que resulta ser un buen balcón que mira hacia y sobre la cuenca del Nalón.

Conserva nuestra senda vestigios de su antiguo empedrado.

Y, vista atrás, bien guapo se ve ya el Cantu l'Osu sobre la Sierra de Fuentes.

Vamos recorriendo un tramo muy cómodo que hay que disfrutar, pues será el único hasta alcanzar la base del Tiatordos y, para eso, aún queda mucho.

Pasamos junto a lo que queda de las cabañas de Palombar que, como vemos, vivieron tiempos mejores.

Donde nos detenemos un momento para fijarnos en los grabados de bonitas figuras de animales, tipo rupestre, realizados en un postigo.
También vemos señalización del PR que, de momento, se aprecia abundante.

Superamos un nuevo tramo empedrado y hay que estar muy atentos, porque llegamos a un punto crítico de la ruta al alcanzar una bifurcación (1037 m).
El camino principal sigue de frente hacia Forniellu, pero debemos girar 90º a nuestra izquierda para tomar la vereda que asciende en rumbo norte y al ver las marcas de PR, así como una "T" de Tiatordos pintadas en la roca.
Entramos por lo tanto en la Foz del Palombar.

Nos encajonamos entonces entre las paredes de la Peña l'Arcu y las del Xerru Mateos y, más adelante, las del Pico Palombar.

Ascendemos por la vereda que, abundantemente jitada, serpentea pindiamente entorno al arroyo de La Palombar.

Subiendo por el roquedo del cauce del reguero que, en nuestro caso, baja prácticamente seco, aunque esto no siempre es así, y si bien no es que tenga dificultad, según la situación habrá que poner precaución con los resbalones, sobretodo en bajada, que es una angostura abrupta.

Sin tregua vamos ganando altura encajonados en el barranco.

Para salir a zona más amable cruzando la senda por un guapo bosquete de hayas.

Poco más adelante, incluso el camino conserva algo de su antiguo empedrado.

El valle se va abriendo y vamos saliendo de la foz donde el marcado sendero, siempre en ascenso, atraviesa un felechal, que por lo menos en esta época del año no supone un problema.

Y así alcanzamos los pastos de la mayá del Pláganu (1290 m).
Se impone una paradita para reponer fuerzas, que aún queda tela por cortar para alcanzar la base del Tiatordos que vemos al frente.

Vista atrás, que guapa se ve la salida de la entalladura de la foz, entre los cortados de la Peña l'Arcu y los del Pico La Palombar a la derecha.

Así que hacemos un breve descanso junto a la arreglada fuente con abrevadero que toma sus aguas de un manantial que hay más arriba.
Nos fijamos en lo que en su día fueron cabañas y hoy son prácticamente montones de piedras.
Vamos a darle también algo de comer a nuestra "improvisada" amiga, que nos viene acompañando desde Pendones cual digna sucesora del mítico pastor alemán Nilo, tan conocido por los montañeros.

Reanudamos la marcha y toca seguir subiendo, que todavía quedan cerca de 300 m de desnivel hasta la base del pico.

Por nuestra derecha nos encontramos con la coqueta fuente de Xubéu, que abastece a la del Pláganu.

Y toca entonces ir girando a izquierdas, para continuar remontando por esta pradería en rumbo oeste y donde el sendero se desdibuja un poco pero, justo en el límite de las escobas, retomaremos la senda más marcada; veremos alguna marca de pintura.

A nuestras espaldas el Maciédome emerge majestuoso.

Nos aupamos así al Colláu l'Acéu (1464 m) donde, efectivamente, vamos a ver unos cuantos acebos.
Ya nos encontramos cerca del Tiatordos.

Así de guapa se nos muestra La Senda entre la arboleda.
Un pico que nosotros consideramos de los "grandes" de Redes por sus impresionantes vistas.

Tomando la senda tendencia septentrional, afrontamos los últimos recuestos que nos elevan hacia la mayá Tiatordos, que ya vemos bien cerca.
Atrás dejamos las camperas del Colláu l'Acéu.

Y por fin alcanzamos un primer rellano de la Mayá Tiatordos (1550 m), majada de preciosos pastos a los pies del pico.
Vamos a fijarnos en esta señalización porque más tarde la seguiremos.

Las vistas ya desde aquí son imponentes y el lugar no puede ser más guapo.

Varias opciones de subida hay al Tiatordos, pero vamos a decantarnos por la más cómoda y clásica, así que nos pegamos a su base para ir bordeándola hacia la izquierda, manteniendo rumbo norte por estas tendidas praderías como indica la señalización, y pasando la senda junto a unas hoyas que vemos a nuestra izquierda y donde, nuevamente, hay que estar atentos.

A la altura de las hoyas, la senda que traemos continúa de frente, pero vamos a ver una vereda que comienza a ascender y señalizada por un jito; es la nuestra.
Toca afrontar los 400 m de desnivel de la pala del Tiatordos.

Hace la vereda un torno inicial y, vista atrás, vemos las hoyas que son la referencia.

Sin mayor dificultad superamos un guapo paso entre dos rocas donde hay que apoyar un poco las manos.

Para afrontar un zig-zag en una amplia revuelta, tomando nuestra vereda tendencia suroriental y todo para arriba, sin mayor problema por terreno mixto.

Siempre por marcada huella jitada y con marcas de pintura.

Un breve descanso, que la subida es potente y se hace larga, pero con estas vistas maravillosas se lleva bien.

Poco a poco vamos ganando altura sobre la mayá Tiatordos y, muy abajo en el fondo del valle y por detrás del Pico Palombar, intuimos Pendones.

Hacia el Noroeste, continúa la Cordal de Ponga, donde vemos así de imponentes con zoom los picos de La Magrera y Campigüeños, otra cumbre espectacular. 

La pendiente aumenta, pero no tiene más dificultad que el propio desnivel y no resbalar con la piedrilla suelta, sobretodo en bajada.

En marcado rumbo oriental intuimos la salida a la crestería, donde ya espera nuestra amiga, que se ve está en buena forma, pues ya ha bajado a buscarnos y vuelto a subir.

Últimos metros que se hacen duros y parece que no acaban pero, poco a poco, se van superando; arriba se nos van a pasar todos los males.

A nuestra espalda dejamos el cordalín del pico de La Copona y de los Fitos de Tiatordos, por donde va una de las posibilidades de descenso a Pendones en circuito; pero eso ya lo comentaremos.

Salimos a la cresta y ya vemos la cumbre que, tras un corto llaneo, se gana en pocos metros.

Impresionantes las vertiginosas caídas por la vertiente de Ponga.

La famosa Copa del Tiatordos con sus paredes de casi 600 m.

Mucho ojo al asomarse.

Sólo nos resta una ínfima trepada sin ninguna dificultad por un pequeño canalizo.

Salimos así a la cima pasando junto a un piolet homenaje y viendo ya las impresionantes y escarpadísimas Narices de Malhome.

Sencillamente espectacular y vertiginoso.

 Es cuando uno se da cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena.

Al lado mismo del piolet se encuentra el vértice geodésico que señala la cumbre del Tiatordos. 

La última vez que estuvimos aquí había un buzón de cumbre; se ve que ha desaparecido.

Y qué decir de las vistas en todas direcciones, pues sencillamente un espectáculo.

Una panorámica sobre la vertiente septentrional que cae a Ponga, donde vemos íntegra la copa, limitada por el Oeste por los murallones de Campadamala y, al el Este, por los de las Narices de Malhome.

Por el fondo del circo y casi 600 m más abajo, estuvimos el año pasado en un intento frustrado al Tiatordos desde Taranes, donde casi nos come la vegetación. Si bien desde aquí arriba es impresionante, las vistas desde abajo no lo son menos, AQUÍ podéis ver el reportaje de aquel día.

Más atrás vemos San Juan de Beleño, capital de Ponga, así como cumbres importantes del concejo.

Al fondo, el Macizo Occidental y el Central de Picos de Europa.

(Pinchar para ampliar)

 Un poco de zoom hacia Picos de Europa y la zona de Los Beyos.

Hacia oriente, y por detrás de las Narices de Malhome, la cordal del Colláu Zorru, e incluso la montaña palentina con cumbres señeras como el Curavacas y Espigüete.

Un poco más a la derecha, Ten y Pileñes y, hacia el Sur, continúa la Cordal de Ponga pasando por el maravilloso hayedo de Pandellanza hacia el Maciédome, cumbre ya ascendida en dos ocasiones que en unos días volveremos a visitar; muy recomendable y es la segunda altura de la cordal, la cual comienza en la zona de Tarna que vemos justo por detrás. Más al fondo, el macizo del Mampodre y demás cumbres en tierras leonesas.

Por el Suroeste y sobre la vertiente casina, el valle de Pendones por donde hemos subido, enmarcado entre el Maciédome y La Senda, y todo un elenco de valles y cumbres de la Cordillera que se extienden desde los Mampodres hasta las Ubiñas.

(Pinchar para ampliar)

Con un poco de zoom, el sector del Cantu l'Osu, vértice de unión de las sierras de Príes y Pintacanales. Más atrás, la cordal de la Rapaína y Peña'l Vientu, separada por el Colláu Acebal del Cascayón, por donde estuvimos hace unos días. A la derecha, el mítico Torres, techo del concejo de Caso. Y al fondo la Sierra de Sentiles, con el Ausente y Requejines sobre San Isidro. 

(Pinchar para ampliar)

Y ya por el Oeste, continúa esta Cordal de Ponga con cumbres importantes como el Campigüeños y la Llambria, hasta finalizar en el Maoñu. Por la izquierda y desde el Colláu Campigüeños, se desgaja de la cordal la Sierra de Cárdenas, con la Carasca o Cornielles y La Senda.

(Pinchar para ampliar)

Un vídeo desde la cumbre.

Más de una hora echamos en cumbre, pero ya es hora de irse, que todavía queda ruta.
Primero descendemos por el canalizo de la trepadilla.

Y retrocedemos volviendo sobre nuestros pasos por la crestería.
Al frente, la cuerda de La Copona y los Fitos de Tiatordos, por donde pasa la divisoria de concejos y que en la subida mencionamos.
Como la intención es hacer la ruta circular, una vez en la mayá Tiatordos, vamos a dirigirnos a la mayá Piedrafita,
Para ello tenemos dos opciones y, seguramente, la más recomendable por sus vistas sobre la vertiente de Ponga, sea seguir esa cuerda de La Copona y Los Fitos de Tiatordos para, a continuación, caer a dicha majada de Piedrafita. El caso es que esa opción, aunque en sentido inverso, ya la recorrimos en su día, por lo que esta vez queremos conocer una senda que va a media ladera por la vertiente casina de Los Fitos y que lleva al mismo lugar.

Un poco de zoom a la mayá Piedrafita, que vemos en el centro de la imagen, bajo la Carasca y entre el colláu Campigueños por la derecha y el de Capiella por la izquierda.

Así que descendemos la pala por el mismo itinerario de subida que nos parece lo más cómodo.

Para caer nuevamente a la mayá Tiatordos, desde donde el Maciédome se nos muestra espectacular

Seguimos por el senderín que nos lleva a la planicie más baja de la majada y por donde hemos venido

Hasta la señal de la mañana que comentamos había que recordar.
Vamos a seguir la indicación Orlé/Pendones por lo que buscaremos por la derecha en la zona de piornos un sendero.

Sendero que da un giro a derechas en bajada para enfilar ya hacia el Noroeste.

Senda marcada que corta en llano por la vertiente meridional de Los Fitos y nos va a llevar rápidamente y de forma muy cómoda a Piedrafita, que vemos al frente.
Entre La Senda y La Carasca vemos el Colláu Capiella.

Una ligera subida y alcanzamos la majada.

Mayá de Piedrafita (1460 m).
Otro sitio guapo a rabiar con sus cabañas techadas de llábanas, que ya sufren el abandono y el paso del tiempo.
Situada en una elevación, tiene unas vistas realmente bonitas, con un omnipresente Maciédome y, a su izquierda, Peña Ten y Pileñes.


También cruce de caminos como vemos.
Aquí llega el sendero que comentábamos antes y que viene por Los Fitos.
Nosotros hacia abajo manteniendo nuestro rumbo siguiendo la indicación a Orlé, aunque no es nuestro destino, y es que se han olvidado de señalizar Pendones.

Una vista atrás hacia el majestuoso Tiatordos.

Inmediatamente y más abajo llegamos a otro grupo de cabañas.
Al frente vemos el collao Campigüeños, a la derecha de La Carasca.

Hacemos la parada para comer a la sombra del fresno que cobija esta cabaña tan guapa, que va siendo hora.

Nuestra amiga ya se encuentra un poco cansada, así que compartimos agua y bocata con ella, que menuda paliza se está metiendo por acompañarnos.

Continuamos pocos metros por la marcada traza.

Llegando entonces a la buena fuente de Piedrafita, donde aprovechamos para cambiar el agua.
Vemos una bifurcación y continuamos por el ramal izquierdo. Por el derecho se va a Capiella desde donde se baja hacia Orlé, aunque también a Pendones, por lo que sería otra opción, pero más larga y a costa de añadir desnivel.
Así que por la izquierda.

Nos vamos aproximando a la cabecera del valle y nos fijamos en los crestones calizos que surgen del hayedo, bajo ellos discurre nuestra senda.
No sacamos fotos, pero justo ahí abajo en la vaguada del valle, veremos otra majada arruinada, creemos se trata de Bormanfoyu.

Y en nada estamos en la cabecera del valle bajo los contrafuertes de La Carasca y donde cruzamos la riega de Llábana.

Cambiamos así al otro margen del valle continuando la senda bien marcada en rumbo Sur.
Vemos Piedrafita y la mole del Tiatordos en la otra vertiente.

Nos vamos hacia el hayedo y los crestones para acometer un tramo realmente guapo.

Con un Maciédome vigilante, las vistas sobre el valle son impresionantes.
Destaca el extraplomado crestón de la Xerra Cabrera.

Nos internamos en el hayedo donde nuestro sendero se pega a los paredones calizos.

Una parte de la ruta verdaderamente guapa.
(Vista atrás)

Incluso empiezan a aparecer tramos de empedrado, lo que demuestra la importancia del camino a la hora de comunicar estas majadas.

Un breve descenso más pronunciado para continuar en llano por este maravilloso entorno.
La senda siempre de buena traza.

Damos entonces con un grupo de vacas...

...que ya nos acompañan hasta la Mayá de Xuacu (1265 m).
Situada en un colladín bien guapo y con fuente.
Nos vamos despidiendo del Maciédome.

Gira la senda al Noroeste dando cara a La Senda y debemos, en poquísimos metros, girar a izquierdas, invirtiendo nuestro rumbo para tomar en descenso el camino que viene de Capiella.
Nos incorporamos así a otra variante del PR AS-65 y ya por pista alcanzamos en nada el Colláu de Xuacu, donde se conserva una arreglada cabaña y es un punto clave (1204 m).

Clave porque debemos abandonar la pista que gira a derechas por delante de la cabaña.
Tomamos entonces el camino que, justo enfrente, traspasa un precario cierre y discurre primeramente entre fincas.

Para al poco continuar por el hayedo de La Fabariega en fuerte descenso.
Vamos a ver marcas de pintura.

Ya por pista forestal continuamos perdiendo altura con fuerza por las faldas de la Peña La Quemada.

Para salir a zona abierta y despedirnos ya del Tiatordos y la Foz del Palombar.

Descendemos por entre las fincas de la Ería de Pendones.

Unos tornos finales nos llevan a traspasar sendas portillas metálicas.

Total que, al pasar junto a una fuente nuestra amiga se lanza sin miramientos al bebedero; y es que el calor aprieta pese a la época en la que estamos.

Y pasando junto al depósito de agua en nada entramos en Pendones.

Aprovechamos para dar una pequeña vuelta por el pueblo, donde se encuentra el afamado bar de Casa Juanín, pudiéndose disfrutar de una opípara pitanza.
Pendones es una localidad de gran tradición madreñera, destaca precisamente el Taller de la Madreña, ubicado en el antiguo lavadero y donde, bajo cita concertada en el Museo de la Madera en Veneros, se puede contemplar en vivo la labor del madreñero.

Nos fijamos también en otros detalles etnográficos así como en los murales de motivos animales hechos por el Pintor de Bezanes.
Sin más finalizamos esta preciosa ruta tan recomendable.

Os dejamos el perfil de elevación.

¡¡Un saludo!!