miércoles, 6 de abril de 2016

Belmonte olvidado y salvaje.Valle de la Mesmalina.

Circular al valle de la Mesmalina desde Agüerina
(Belmonte de Miranda)
Un viaje al pasado por el Belmonte olvidado y salvaje.



Esta vez, y con un guía de excepción como es el indómito Freije, recorreremos los parajes más desconocidos y salvajes de Belmonte de Miranda, especialmente por el valle de la Mesmalina; valle delimitado por las sierras de Montovo y Bustariega, donde descubriremos toda una red de ancestrales y perdidos caminos, ya totalmente desaparecidos, que comunicaban zonas que, hasta hace relativamente poco estaban llenas de vida, pero que, a día de hoy ya olvidadas, son reclamadas por el exhuberante monte que vuelve a colonizar este entorno exigiendo lo que es suyo. Una auténtica selva donde encontraremos, a lo largo de todo el itinerario, los vestigios fantasmales de épocas ya pasadas. Sobrecoge imaginar la dura actividad humana que aquí hubo, y es en esto precisamente donde reside el mayor atractivo de esta ruta, pero no os engañéis, advierto que:
 ESTE RECORRIDO ES DIFÍCIL, DE INTRINCADA ORIENTACIÓN, ROMPEPIERNAS. LA AUSENCIA TOTAL DE CAMINOS OBLIGA A LUCHAR, PARA BUSCAR LOS MEJORES PASOS, CON UNA VEGETACIÓN SALVAJE QUE LO INVADE TODO, NO SIENDO UNA RUTA RECOMENDABLE SI NO ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A PROGRESAR EN ESTE TIPO DE ENTORNO QUE PUEDE LLEGAR A AGOBIAR Y CANSAR BASTANTE.
SEGÚN AVANCE LA PRIMAVERA-VERANO ESTOS PARAJES SERÁN AÚN MÁS IMPENETRABLES.


Cota mínima: 295 m.
Cota máxima: 854 m.
Desnivel acumulado: 1160 m.
Distancia: 12,4 km.
Tiempo: 8:30 h (Con las paradas).

Aquí os dejo el track (A USAR CON CAUTELA):
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12913764

Por la AS-227 y a unos 9 km de Belmonte sentido Somiedo, llegamos a la pequeña localidad de Agüerina, situada en la misma carretera general.
Cruzamos con los coches el río Pigüeña por un puente de hormigón.
(Vista atrás)

Aparcaremos junto a las antiguas escuelas (295 m).

Comenzaremos a caminar por la pista con rumbo Este, siguiendo inicialmente la señalización del GR 205 sentido Belmonte.

Vamos elevándonos sobre Agüerina con su palacio de Cienfuegos.

GR que enseguida abandonamos para tomar rumbo Sur continuando por la ancha pista que remonta el valle de Valdelagua.

Camino que conserva algún tramo empedrado y por el que iremos ascendiendo en sucesivas revueltas.

En este punto (500 m) y justo en una curva a izquierdas, vemos un sendero que continúa hacia el Suroeste. Por ahí regresaremos dentro de unas horas.
Dejamos un jito.

Vamos ganando altura rápidamente entre bosque, por pronunciada y constante pendiente que nos da pocas treguas.

Tras una curva a izquierdas, continuamos un último tramo ya por sendero y zona abierta, viendo muy próximas las cabañas de la braña de Castro
El IGN nombra erróneamente a esta majada como Valdelagua.

Tramo éste que no se yo cómo estará cuando avance la primavera y levanten todos estos helechos.

Una vista hacia Cigüedres, al otro lado del valle del Pigüeña y bajo la Sierra de Manteca.

Alcanzamos el collado donde se asienta la braña de Castro (685 m).
Con sus ruinosas cabañas y situada en la sierra que, perpendicularmente, se desprende de la de Bustariega, separando los valles de Valdelagua y la Mesmalina.

Al otro lado del collado, hacia el Este y con un poco de zoom, vemos la singular casa de la Pornacalina, en la vertiente occidental de la Sierra de Montovo. Justo debajo, la vallina de La Arcichal, por la que ascenderemos y que vierte sus aguas al valle de la Mesmalina, al cual seguidamente descenderemos.
La posición del sol a estas horas no ayuda a sacar una buena foto.

Así que los cómodos tramos se acabaron y empieza el baile.
Con rumbo Sureste y por la otra vertiente de esta sierra, comenzamos el descenso en busca del fondo del valle de la Mesmalina. Pronto el sendero desaparecerá en un entorno "selvático".

Descendiendo por una ladera en ausencia total de cualquier vereda y en pronunciada pendiente.

Que obliga a prestar atención a los resbalones. Guapo y salvaje.

Tendremos que cruzar una primera riega que vamos dejando a nuestra derecha.

Tras la cual parece que el sendero reaparece.

Pero vanas ilusiones las nuestras; tras una corta travesía en horizontal, la cosa se vuelve a complicar y nos vemos obligados a descender por un terreno más abrupto si cabe y prestando mucha atención.

Poniendo los cinco sentidos en esta ladera. Es muy fácil patinar, pisar una rama podrida, etc.

Y la pronunciada pendiente que por nuestra izquierda se precipita al ya próximo arroyo de la Mesmalina no es tontería.

Tras un último tramo muy resbaladizo.

Caemos al fondo de una vallina.

Cruzaremos su riega manteniendo nuestra tendencia Sureste.

Ya muy próximos del fondo del valle y en la otra vertiente, vemos un tendido camino que en breve seguiremos.

Alcanzamos el fondo del valle.
Justo en este punto (592 m), debemos vadear el arroyo para seguir por el camino que os decía, pero antes continuaremos un poco río arriba.

Merece la pena darse una vueltecita por la zona, que estamos en uno de los rincones más bonitos de la ruta.

Siguiendo vestigios de camino por el margen izquierdo (hidrológico) del río.

Un sitio bien guapo que rebosa humedad por todos lados.
(Vista atrás)

Entre murias que cerraban prados de siega ya abandonados e invadidos por el avellano.

En un momento dado, nos elevamos ligeramente por la ladera apartándonos del arroyo e invirtiendo nuestro rumbo, con la intención de buscar una abandonada cabaña. Tengo que confesar que yo no la vi o no me fijé, seguramente al estar atento a otra cosa.
Descenderemos con precaución una vez más hacia el arroyo buscando ya el vado del río.

Vadeamos el arroyo por donde antes os indicaba.
Aunque no presenta dificultad, baja cargadito, así que cruzamos sin mucho miramiento que tampoco hay demasiadas opciones.

Con rumbo Norte continuamos por el tendido camino que os señalaba, y que se encuentra en bastante buen estado.
El bosque de avellanos será una constante a lo largo del día.

En este punto (564 m) nos apartamos momentáneamente del sendero.
Esto no es necesario y podríamos haber continuado de frente, pero queremos acercarnos a una abandonada cabaña.

Descendemos nuevamente al arroyo que va un poco por debajo.

El cual volvemos a vadear.

Y arroyo abajo, continuamos unos pocos metros.

Siguiendo los cierres de antiguos prados hasta el acceso a la cabaña.

Cabaña ésta que conserva buen porte.

Sin falta de retroceder, ascendemos hacia el sendero que habíamos abandonado, continuando con nuestro rumbo Norte.

Rápidamente alcanzaremos las cabañas arruinadas de La Arcichal (541 m).
Es el momento de girar 90 º a nuestra derecha para remontar con rumbo Este la pindia vallina por la que ascenderemos a la Pornacalina.

Estamos, a mi parecer, en el tramo más guapo e interesante de toda la ruta.
Ascendemos más o menos por el centro de la vallina, sorteando el arroyo y por donde mejor veamos.
Los antiguos caminos ya están impracticables.

Ascendiendo entre estructuras muy antiguas donde el arroyo lo anega todo.

Por zonas caóticas de piedras que antes conformaban murias y cabañas con sus prados ya totalmente colonizados por el monte.

Así nos topamos con una impresionante construcción que ocupa el fondo de la vallina.
Creemos que se trata de una presa para embalsar el arroyo.

Fijaros en la potencia de estos antiquísimos muros.

Esta vista atrás da una idea del tipo de terreno por el que progresamos.

Un cuadrilátero perfecto que ocupa casi todo el fondo del valle. Muy curioso e impresionante.
Por la izquierda, extramuros, descendería el camino.

Sobrecoge el imaginar la vida que tuvieron estos parajes y lo dura que tuvo que ser.

Otro potente muro de contención, posiblemente para aterrazar el terreno.

Salimos a abierta pradería que continuamos remontando en muy fuerte pendiente.

Una vista hacia la otra vertiente del valle de la Mesmalina, con la braña de Castro y el itinerario aproximado de descenso hacia el fondo del valle.

Alcanzando ya la singular casa de la Pornacalina con su panera (781 m).
Digo lo de singular porque es curioso el encontrar aquí este tipo de vivienda, propia de cualquier pueblo, pero que uno no espera encontrar en estos lugares aislados.

Esta vivienda data, como podéis ver, de 1956.
Al parecer y según me comentó Freije, se abandonó en 1980.

El aspecto que muestra por su exterior es muy bueno todavía.
Con cuadra y dos alturas.

Nos asomamos a su interior con mucha precaución, pues parte del piso de madera ya ha vencido debido a las termitas, y nos encontramos con que, en la cocina, todavía se conservan sartenes, vajilla, etc.
Como si alguien se hubiera marchado precipitadamente. Muy curioso la verdad.

Unas vistas hacia las cumbres somedanas (izquierda) y la Sierra de Manteca (derecha).

Tendidamente y con rumbo Sureste, continuamos caleyando por esta braña, que más bien parece fue un lugar de habitación permanente.

A nuestra derecha dejamos la espesura del bosque de la vallina de La Arcichal, por donde hemos ascendido.

Relajado tramo que corta bajo la cuerda de la Sierra de Montovo.

Aupándonos a una loma, Pandiechu según IGN (839 m), un buen balcón sobre el valle de la Mesmalina.

Y que nos deja estupendas panorámicas hacia la Sierra de Bustariega.
(Pinchar para ampliar)

Reemprendemos la marcha con rumbo Sur, hacia la solitaria cabaña (circulo) que vemos en una pradería que se abre en el bosque, La Caranguina. Iremos cortando por sucesivas vaguadas de la vertiente occidental de la Sierra de Montovo entre monte bajo y por donde mejor lo veamos.

En esta panorámica os señalo el itinerario aproximado que realizaremos nuevamente hacia la braña de Castro, por la salvaje vertiente nororiental de la Sierra de Bustariega que cae al valle de la Mesmalina.
(Pinchar para ampliar)

Esta vista atrás da un poco de idea del terreno que, sin gran dificultad y con tendencia descendente, vamos recorriendo en este tramo.

Nos vamos aproximando a la cabaña, pero antes debemos descender a la boscosa vallina.

Donde cruzaremos su resbaladiza riega que baja con un caudal aceptable.
Zona que debemos tener precaución. De hecho un compañero se llevaría un buen golpe al resbalar, aunque sin consecuencias.

Siguiendo ya sendero por el bosque sin mayor dificultad

Alcanzamos la cabaña de La Caranguina (806 m).

Una panorámica hacia el Noroeste del valle de la Mesmalina, con la Sierra de Manteca dominando sobre Cigüedres.

Desde la cabaña descendemos por antiguo camino entre murias a buscar el fondo del valle, una vez más.

Cruzamos en horizontal por una riega.

Zona ésta donde veremos unos buenos ejemplares de haya. Nos llaman la atención porque son de los pocos que veremos en la ruta de hoy.

Sin dificultad ganamos el fondo del valle, donde interceptamos un antiguo y muriado camino. Debemos girar por nuestra derecha y continuar valle abajo.

Descendiendo por zona bastante llamargosa.

Y auparnos al camino justo donde éste desaparece, comenzando así a darle la vuelta al valle de la Mesmalina por un tramo de lo más salvaje.

Con tendencia Noroeste, progresamos en total ausencia de sendero por zona muy "jabalinera".
Un continuo sube y baja algo agotador, buscando los mejores pasos entre la vegetación de esta pendiente ladera.
Esta parte puede llegar a agobiar bastante a la persona no acostumbrada, o que no le guste moverse por este tipo de entorno.

Nos llama la atención la gran cantidad de tejos que encontramos.

Al llegar a las inmediaciones de unos farallones calizos, debemos continuar en descenso paralelos a ellos.

Un tramo un poco más limpio pero muy pindio.

Llegamos a un punto donde doblamos estos farallones por el sitio que vemos más factible.
Es el único sitio delicado de la ruta y donde hay que extremar un poco la precaución.

Se trata de un paso, no muy largo, un poco aéreo.
No tiene especial dificultad, pero hay que estar vigilantes a los resbalones y asegurar bien, que está húmedo.

A la salida del paso y vista atrás, podemos apreciar la verticalidad de la ladera.

Nos adentramos en la vallina por la que, a la mañana y por su parte baja, habíamos alcanzado el fondo del valle. Esta vez vamos más altos, intentando seguir las curvas de nivel y cruzarla sin perder mucha altura, ya que tendríamos que volver a ganarla para ascender a la braña de Castro. Continuamos por una zona un poco más amable que nos permite un avance relativamente más cómodo.

Cual es nuestra sorpresa cuando al cortar la vallina nos encontramos con el inicio de un camino (683 m).

Buen sendero que asciende inicialmente entre avellanos.

Para volverse más tendido en aproximación a la braña de Castro.

Pasando junto a un manantial que nos viene de perlas.

Hacia la Sierra de Montovo, en la otra vertiente del valle, la Pornacalina con su curiosa casa blanca, justo encima de la vallina de La Arcichal, que hemos remontado hace unas horas.

Ya en la braña de Castro, aunque un poco más altos que por la mañana (704 m), haremos una breve parada para comer, que va siendo hora.

En rumbo Suroeste cambiamos de valle continuando ruta en descenso al valle de Valdelagua.
Inicialmente por zona abierta, aunque en primavera-verano tiene pinta de ser un felechal bastante infame.

Valdelagua.

Continuamos por zona boscosa en fuerte descenso.

Hasta salir por aquí a una pista (655 m).

Pista que iremos recorriendo hacia el Sur, en ascenso por la vertiente noroccidental del valle.
(Vista atrás)

La pista dobla el valle cambiando a la vertiente nororiental. Pasamos junto a otro buen manantial (704 m).

Tras un ligero descenso comenzamos a ascender en pronunciada pendiente.

Y continuamos por sendero.

Hasta salir a unos pastos abandonados en un collado (771 m) en la cuerda de la sierra.
Estamos en el sector más septentrional de la Sierra de Bustariega.

Sólo nos resta auparnos a un pequeño promontorio calizo (783 m), que el IGN denomina Agudo, y descubrir las maravillosas vistas que hay desde aquí.

Una panorámica hacia la zona de San Esteban y Puente Raneiro, con las cumbres somedanas a la izquierda, Peña Manteca asomando por encima de Cigüedres a la derecha.
(Pinchar para ampliar)

Un poco de zoom hacia Somiedo.

Y a Cigüedres.

Descendemos del peñasco.

Y volvemos sobre nuestros pasos por el sendero.

Descendiendo por la pista hasta que ésta comienza a ascender hacia el manantial. Justo en este punto previo al ascenso al manatial (688 m), debemos desviarnos por nuestra izquierda y salir a un antiguo camino que se dirige a buscar el fondo del valle.

Antiquísimo camino real en claro estado de abandono y con tramos cerrados por la maleza, que desciende por Valdelagua en rumbo Norte. Muy bonito.

Pasando al lado de cuadras que vivieron tiempos mejores.

Pese al abandono se recorre bastante bien, salvo algún punto ocasional cerrado por la vegetación.


Salimos así a la pista por la que, a primera hora de la mañana, subimos a la braña de Castro.
Justo donde habíamos puesto un jito.

Ya cómodamente en descenso.

Llegamos a Agüerina finalizando esta "jabalinera" ruta pero con aspectos de la vida cotidiana de otros tiempos, a mi parecer, muy interesantes.

Os dejo el perfil de elevación

¡¡Un saludo!!


11 comentarios:

  1. Preciso y precioso reportaje . Una descripción perfecta de lo que fue el recorrido con unas fotos de maravilloso colorido. Un placer volver a verlo desde mi orejero. Un besín a los dos

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    1. Gracias Paloma!!A mi me pareció una ruta muy interesante pero si que fue un tanto dura.
      Un abrazo!!

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  2. Excelente reportaje chicos.....un ruton, con un buen guia.....a partir de este tiempo ya será imposible hacerla....un abrazo. ..

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    1. Gracias Diego!! Podemos intentalo en agosto, que será una odisea el pasar jejeje

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Precioso reportaje, Belen, David, muy guaps fotos y la ruta....guapa, guap y Guapa¡¡¡¡
    hasta la proxima, Pareja¡¡¡

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  5. Vaya reportaje, tremendo, y lo que siempre digo con este tipo de rutas, según pase el tiempo, más presta recordar la ruta mirando las fotos, y cada día más valor tiene.

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    1. Gracias Víctor!! A mi me pareció una ruta espectacular, en el sentido de recorrer todos esos vestigios de actividad humana de otra época, que a mi me interesan mucho. Una pasada.

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  6. Una maravilla de reportaje Belén, me ha sido muy placentero volver a rememorar la ruta con sus intrínsecos rincones

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