Por Los Arrudos a la Majada Roxecu.
Ida y vuelta desde Caleao (Caso).
- Parque Natural de Redes -
(Hayedo de Los Arrebellaos)
Después de un largo y forzoso parón veraniego, sin prácticamente pisar la montaña, había que pensar en algo suave para retomar nuestras andanzas por el monte, por lo que nos decantamos por todo un clásico como es la Ruta de Los Arrudos. Itinerario señalizado como PR.AS-61 que desde Caleao finaliza en La Infiesta pasando por el Desfiladero de Los Arrudos y Lago Ubales; ruta muy recomendable, aunque se trata de una larga travesía de 22 km que nosotros vamos a recortar, llegando sólo hasta la maravillosa majada de Roxecu, que tras dos meses de inactividad, no nos apetece meternos tantos kilómetros encima, y nos parece una buena opción senderista para un día de monte relajado.
Itinerario hasta Roxecu que no presenta gran dificultad, señalizado y por evidente camino, cuya primera parte discurre prácticamente en llano entre praderías a la orilla del río para luego ascender decididamente por el Desfiladero de Los Arrudos e internarse, a continuación, en el magnífico hayedo de Los Arrebellaos, finalizando en la amplia e idílica planicie donde se asienta la majada de Roxecu.
El regreso lo haremos volviendo sobre nuestros pasos.
Cartografía IGN 1:25000 Hoja 79-1. |
Cota mínima: 642 m.
Cota máxima: 1270 m.
Desnivel máximo: 628 m.
Desnivel acumulado: unos 700 m.
Distancia: 16 km.
Tiempo: 6 h (Con las paradas).
Inicio/fin: Área Recreativa Caleao.
Descarga el track AQUÍ.
Por la AS-117 sentido Tarna y entre el K-38 y K-39, después de pasar la localidad de Tanes, tomamos el desvío hacia Caleao que, cruzando el embalse y por sinuosa carretera, nos lleva hasta esta guapa aldea casina tras recorrer unos 6 km. Justo antes de entrar en Caleao, vamos a ver a nuestra izquierda y junto a un panel informativo de la Ruta de Los Arrudos, el inicio de una pista que lleva en poco más de 100 m. al área recreativa donde comienza el itinerario, aparcando el coche en zona amplia habilitada a tal efecto (670 m) y donde se encuentra la Ermita de San Antonio Abad, un antiguo molino y una fuente-abrevadero, así como pradería con mesas. Decir que esta pista de acceso, a día de hoy, presenta unos profundos baches en el asfalto, con lo que es obligado pasar con cierto cuidado si no queremos dejar una rueda en el camino. Hay posibilidad de estacionar el coche justo antes de tomarla.
Al Norte y muy próximas, vemos las casas de Caleao bajo la cuerda de la sierra que, dividida en dos por la canal de Puru Cabreru, culmina hacia occidente en la cumbre de Peña Riegos.
Así que iniciamos nuestra andadura caminando hacia el Sur por pista y siguiendo las indicaciones del PR.AS-61 Ruta de Los Arrudos.
Pista hormigonada que desciende ligeramente en busca del fondo del valle por donde discurre el río Los Arrudos, el cual seguiremos aguas arriba.
Descendiendo entre fincas, donde el ganado pasta bucólicamente, hacia el puente la Xenra que salva el arroyo de La Pasera. El primero de una serie de puentes que hay que atravesar.
Y ya en llano, pasando junto a las praderías de los invernales de Riafresnu, vemos el baluarte de Peña Rosques, por cuya base discurre nuestro camino.
Cómodo caminar en el que la amplia pista y la señalización no ofrecen la menor duda.
Tras alcanzar el río Los Arrudos, y cambiar a su margen derecho por el puente de Riofresnu, enseguida llegamos al de Les Corenes, donde volvemos a cambiar de margen al entrar en la angostura de Salto Rodrigo, entre Peña Rosques y el Pico La Corona, y donde se encuentra una coqueta cabaña a la vera del río que antiguamente fue molino.
Cabaña y entorno muy arreglados y con numerosos detalles decorativos.
Comienza entonces la pista un ligero ascenso pasando junto al manantial y abrevadero de Agualmayu.
Para enseguida alcanzar una bifurcación, donde tenemos que tomar el ramal izquierdo, como indica la señalización, coincidiendo en parte nuestro itinerario con el PR.AS-124 Cabeza l'Arcu.
Cruzamos entonces por el puente de Agualmayu para pasar...
...nuevamente al margen derecho del río de Los Arrudos.
Cuando el valle se abre y continuamos por entre las fincas y praderías de la majada de Fresnéu.
Es aquí, en esta zona de Fresnéu, donde vamos a encontrar una nueva bifurcación. Por la izquierda, podríamos subir a les Cases d'Abaxu; pero debemos tomar el ramal derecho.
Vamos a ver un poste señalizador de PR y, si nos pasamos, una señal de madera un poco más arriba también orienta hacia el camino correcto.
Inmediatamente alcanzamos el puente de Los Campos, que cruza el arroyo Les Campes.
Continuando por pista terrera, donde nos encontramos con algún tramo un poco embarrado que se solventa sin mayor problema.
Por un entorno frondoso muy bonito en el que se adivina el antiguo empedrado del camino.
Entorno de bosque de ribera, con abedules, castaños, hayas, avellanos, fresnos... que nos deja guapas estampas a la vera del río.
Lo cual hace que las paradas sean continuas y tomemos infinidad de fotos.
No hay prisa, hay que admirar cada rincón.
Alcanzamos una zona de surgencias de agua que afloran de la caliza al lado del camino.
Y que nos ofrece fotogénicos detalles.
Las hayas empiezan a dominar y el camino gana altura ligeramente.
Un panel explicativo nos instruye sobre la orografía del desfiladero, ligada a materiales cuarcíticos y calizos; también el por qué de su nombre, pues un arrudo es una vara de acebo con estacas clavadas perpendicularmente en forma de cruz, que los pastores utilizaban a modo de rudimentarios peldaños para superar las zonas más abruptas del desfiladero antes de la construcción del camino.
Llegamos entonces al Puente de La Fuminosa (810 m).
Se produce un cambio radical del paisaje y el valle se encañona, aunque todavía no estamos en el desfiladero propiamente dicho.
Desde el puente, una vista aguas arriba.
En otra época del año veríamos descender abundante caudal por el barranco.
Y otra vista, ésta aguas abajo.
Discurre entonces el camino encajonado entre verticales paredes, con algún tramo que cuenta ya con protección lateral.
Con bellas imágenes de saltos de agua que nos ofrece el río aunque, como comentábamos, no estamos en la mejor época del año pues, en temporada de lluvias y deshielo, sería más vistoso, más con la sequía que hay este año.
Nos fijamos en una rudimentaria pasarela a un lado del camino para facilitar el paso en caso de que éste estuviera anegado.
Nuevamente señalización, no hay pérdida posible.
El valle se abre al llegar a las praderías de la majada de Prendeoriu, pasando la pista junto a una buenísima y arreglada cabaña (840 m).
Es aquí en Prendeoriu que la pista finaliza y da paso a sendero por el que nos internamos en hayedo.
Donde nos encontramos con la fuente de Manuela Antonio, de frescas aguas que cataremos.
Cruzamos así por la frondosidad de este idílico hayedo.
Con bellos rincones junto al río que, en época de abundancia de agua, aún lo son más.
Por un camino de buena caja que mantiene vestigios de su antiguo empedrado, demostrándonos la importancia que tuvo para subir el ganado hacia los Puertos de Cotorgán.
Salimos del hayedo, y elevándonos por zona cuarcítica, nos aproximamos a la entrada ya del desfiladero.
Para llegar inmediatamente al Puente de La Calabaza de Abajo, justo en la entrada de la Foz de Los Arrudos (910 m).
Antiguamente puente colgante que se llevó un vendaval, ahora sustentado por puntales metálicos. Todavía podemos ver las argollas de anclaje de los tirantes.
Cruzado el puente, ascendemos por un tramo con escalones labrados.
Para alcanzar enseguida y, en llano, el Puente La Calabaza de Arriba (937 m).
Se ve que lo han remozado hace poco, pues lo recordábamos más vetusto.
Otro rincón, este de la Calabaza de Arriba, bien bonito.
Y es partir de este puente, cuando comienza el tramo más duro de la jornada, pues tenemos que ascender decididamente por el cañón de Los Arrudos ganando altura con fuerza.
Los escalones labrados en la roca facilitan el ascenso. No en vano, este lugar se le nombra como El Escalerón.
Muy chulo, la verdad.
Aunque también aquí reside lo que podríamos llamar, por decirlo de alguna manera, la dificultad de esta ruta pues, a la hora de descender por estos escalones, hay que poner cuidado y no resbalar en los tramos húmedos. Qué decir ya en un día de lluvia.
Ascendemos por Los Dentales. Imaginamos que la acepción vendrá por las quebradas formas que tienen las formaciones de cuarcita en esta escarpada zona.
Un tramo en llano y vista atrás hacia la entrada de este desfiladero de Los Arrudos que, por cierto, se abre entre el Pico María Santinos, en la Sierra de Corteguero, y el Coriscao. Vemos asomar al fondo Cabeza l'Arcu.
La senda cuenta con protección lateral, pues estamos a buena altura sobre el fondo de la foz.
Y, entre alguna revuelta, continuamos ganando altura por antiguo camino de buena entidad, empedrado y con murete de protección, donde ya nos empieza a calentar con fuerza el sol.
Sinuosa senda que se abre paso entre verticales paredes por la Llastra Los Terrales; buen balcón sobre el barranco y la parte más abrupta y septentrional de la Sierra de Corteguero.
Vemos ya la salida de la foz donde el valle se abre, con el pico La Verde a la derecha, emergiendo sobre el Monte de Los Arrebeyaos.
Una luz muy dura hacia el sureste, que nos impide tomar buenas fotos.
Entramos así en un tramo de más liviano ascenso, que discurre entre avellanos en aproximación al fin del desfiladero.
Alcanzamos así la pequeña planicie del Collaín (1080 m), donde se encuentran los restos apenas perceptibles de una cabaña. Ya vemos el valle de Roxecu, que da paso a los Puertos de Cotorgán, con la Sierra de Corteguero a la izquierda y el Monte de Los Arrebeyaos a la derecha.
Poco más adelante, nueva bifurcación a la Mayá La Robre, que obviamos.
Continuando por nuestra senda en ligerísimo descenso hacia el barranco por donde desciende el arroyo de La Robre.
Para llegar al momento a La Fontona (1050 m).
Estamos en una de las captaciones de agua de las que se abastece Gijón.
“La canalización de agua desde Los Arrudos, cuyo proyecto data del año 1926, se terminó de construir en 1944 y entró en funcionamiento cinco años después para abastecer la totalidad de la población de Gijón hasta hace algunas décadas. Este canal pasa por terrenos de Sobrescobio, Laviana, Bimenes y Siero, a lo largo de casi sesenta kilómetros y manteniendo un caudal de setecientos mil litros por hora.”
AQUÍ podéis ver un artículo al respecto de esta captación.
La misma foto tomada hace dos años en época de deshielo.
El rincón no puede ser más guapo.
Buena opción para darnos la vuelta si no quisiéramos alargar más el paseo.
Por detrás de La Fontona, cruzamos el arroyo La Robre por otro remozado puente.
(vista atrás)
Y nos internamos así en el hayedo del Monte Los Arrebellaos.
En rumbo sureste y por marcada senda vamos disfrutando de este precioso hayedo en ligero ascenso.
Hasta llegar al Collaín de La Xinieya traspasando una portilla y saliendo momentáneamente del hayedo.
Gira en La Xinieya el sendero hacia la vaguada de la riega La Acebal, bajo los derrumbes del pico La Verde y desde donde damos vista al Torres.
Toca cruzar la riega por el puente que vemos, que también han renovado recientemente, y el camino se bifurca (1107 m).
Nuevamente la señalización no ofrece margen a la duda, y vemos que nuestra opción pasa por seguir el ramal izquierdo, manteniéndonos en el itinerario hacia Ubales; por la derecha al Torres y la mayá Acebal, atravesando zona restringida hacia los Puertos de Cotorgán.
Pasado el puente, nos introducimos de nuevo en el hayedo de Los Arrebellaos recuperando el rumbo sureste hacia Roxecu.
Con rincones verdaderamente bonitos que son una delicia para los sentidos.
En cómodo y suave ascenso, donde nos llama la atención la abundancia de hayas sumamente delgadas.
La evidencia del sendero y las marcas de pintura permiten que centremos nuestra atención en numerosos y fotogénicos detalles.
Y así nos vamos aproximando al final del frondoso bosque.
Para salir ya a la planicie del valle de Roxecu, con la Sierra de Corteguero a nuestra izquierda y todo a lo largo del valle. También las cumbres del Entrepicos y Arenal, al final del valle y sobre los Puertos de Cotorgán.
Una vista atrás, donde vemos la salida del hayedo de Los Arrebeyaos y, al fondo, el desfiladero de Los Arrudos bajo el pico Coriscao, asomando el Cabeza l'Arcu por la izquierda de la Sierra de Cortegueru.
Nos adentramos por entre los restos que quedan de la majada de Roxecu (1270 m).
Con multitud de ruinas de antiguas cabañas y cuadras, repartidas por una pradería cubierta de quitameriendas, flores propias de estas fechas que dan un toque de color muy guapo.
Majada grande ésta, donde los restos que quedan nos hablan de la importancia que tuvo en el pasado.
Un lugar idílico. Una pena que esta majada se encuentre así de desmoronada.
Nos adentramos por entre los vericuetos de las ruinas.
Alguna cabaña se mantiene en pie pero ya en ruina total, aunque aún se observan los vestigios de la vida cotidiana de otro tiempo.
Hacemos una larga parada para comer tranquilamente a la sombra de los fresnos disfrutando de la tranquilidad del lugar.
Vemos las indicaciones a seguir hacia el Lago Ubales, cruzando el arroyo Roxecu y por las majadas de Llede y Los Moyones.
Pero en este punto nos damos la vuelta, que hoy sólo se trata de hacer un sencillo y tranquilo paseo. En otra ocasión, hace un par de años, continuamos hacia Llede, ganamos la cuerda de la Sierra de Corteguero e hicimos cumbre en el pico Corteguerón, desde donde continuamos a Brañapiñueli y la Sierra de La Canalina; ruta muy potente que podéis ver AQUÍ.
Así que un poco de zoom para despedirnos del Entrepicos (izquierda) y Arenal (derecha).
Y volvemos sobre nuestros pasos.
Pasando al lado de un buen toro que anda por la zona y nos observa mansamente.
Nuevamente por Los Arrebellaos hacia La Fontona.
Para llegar al Collaín, desde donde echamos una última mirada al valle de Roxecu.
Y adentrarnos en el desfiladero de Los Arrudos.
Para descender con precaución por El Escalerón.
Ya por Prendeoriu, nos fijamos en un arrudo, de los usados antiguamente, colgado en los muros de la cabaña.
Y camino de la Fuminosa, alguna última foto a las pequeñas cascadas.
Alcanzando las praderías de Fresnéu, se yergue majestuosa Peña Rosques.
Y, por Agualmayu, al puente Les Corones con su buena cabaña, antiguo molino.
Y sus rosas.
Dejando atrás Riafresnu, un último repecho por la pista donde, en los prados adyacentes, el ganado descansa plácidamente al sol.
Entrando así en el área recreativa de Caleao.
Donde nos fijamos en la Ermita de San Antonio Abad.
Y en algún que otro detalle por las inmediaciones.
Finalizamos así una sencilla ruta, muy bonita y creemos asequible a cualquier persona acostumbrada mínimamente a caminar por el monte.
Os dejamos el perfil de elevación.
¡¡Un saludo!!
Ruta que conozco bastante bien, pues la he realizado en varias ocasiones. Perfecto reportaje compañeros. Me ha encantado visualizarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarGtacias Viti!! Es una ruta muy guapa; sencilla y muy vistosa.
EliminarUn abrazo!!
Ruta mas que guapa. He cogido algunos datos que me vienen myu bien pues los desconocia. Un saludo para los dos
ResponderEliminarPerfecta para un día tranquilo y para empezar a tonificar un poco los músculos después de dos meses sin pisar práu prácticamente.
EliminarUn saludo!!
Una clásica, peor una clásica de las guapas, de las que no cansan. además como siempre un reportaje curradísimo, con fotos muy guapas. No sabía que había renovado todos esos puentes en la ruta. Menos mal que se gasta algo de dinero en casas que valen la pena (las barandillas en cambio en algún tramo, me sobran).
ResponderEliminarNos vemos
Gracias Javi. Pues sí, una clásica muy guapa y sin complicaciones. Ya comentaba con Belén que la teníamos que hacerla con calma y parsimonia porque, la última vez que estuve, fue con Brieves y Ángel; creo que tardamos hora y media en llegar a Roxecu camino del Corteguerón a toda pastilla, imagina el ritmo jajaja. Eso fue hace un par de años y todavía no habían renovado los puentes, así que debe ser reciente la obra.
EliminarUn saludo!!