Pico Gamonal - Pica del Sestón - Base del Tiolda.
Travesía de Suarías a Puente Estragüeña por el Monte el Orden, Cotorrubios y la Güera Argüenzu.
- Macizo de Peñarrubia -
(Tiolda)
El Macizo de Peñarrubia, de modestas cotas y agreste orografía, también conocido por las gentes de la zona como sierra de Treslajorá.
Se sitúa en los confines de Asturias y Cantabria, entre el valle de Peñamellera Baja y el de Peñarrubia, del que toma el nombre. Elevándose sobre la vertiente oriental del desfiladero de La Hermida, que da entrada a La Liébana y que traza el Río Deva en su descenso, formando un tajo de impresionantes abismos que separa a este macizo del de Ándara en Picos de Europa, por lo que podríamos considerarlo como una prolongación o estribación prelitoral de los mismos. Aunque con menor altitud, mantiene las mismas características geológicas, de vegetación y de fauna.
Sierra esta de Peñarrubia que se alinea de Oeste a Este, extendiéndose hacia oriente por las Peñas de Arria, siendo su cota más alta el Pico Gamonal, cuyas vistas hacia la Cordillera y Picos de Europa son privilegiadas.
Las intenciones para este día son ascender precisamente el Gamonal, en una travesía por el Macizo de Peñarrubia que, partiendo de la localidad de Suarías, en Peñamellera Baja, nos lleve a Puente Estragüeña, en el Desfiladero de La Hermida, a donde descenderemos por el espectacular y airoso camín de la Güera Argüenzu.
Como siempre llevamos varias opciones en la recámara, acabaremos modificando la idea principal para ascender también a la Pica del Sestón y acercarnos a la base del impresionante Tiolda, o "falso Urriellu".
Itinerario muy bello y variado el que nos planteamos, ascendiendo a modestas pero agrestes cumbres que a su vez son excelentes miradores, atravesando bosques, majadas y recorriendo antiguos caminos mineros e increibles sendas pastoriles ya en el olvido, que serpentean por entre los desventíos que caen al cañón del Deva.
Eso sí, ruta de fuertes desniveles y orientación algo intrincada, con un desenlace un tanto complicado debido a la desaparición de los caminos tradicionales, pero que solventamos relativamente bien.
Cartografía IGN 1:25000 Hoja 56-2 |
Cota mínima: 40 m.
Cota máxima: 1228 m.
Desnivel positivo máximo: 985 m.
Desnivel negativo máximo: 1188.
Desnivel positivo acumulado: 1570 m.
Desnivel negativo acumulado: 1725 m.
Distancia: 19 km.
Tiempo: 9.20 h (Con las paradas).
Por la N-621 y procedentes de Unquera llegamos a Panes, para continuar hacia el Desfiladero de la Hermida, donde dejamos un coche al poco de cruzar el Puente Estragüeña y en un hueco que vemos en el mismo margen de la carretera (40 m); no es que haya mucho sitio precisamente.
Retrocedemos entonces con el otro vehículo de vuelta a Panes, para tomar el desvío que rápidamente nos sube a Suarías; arreglada localidad perteneciente al ayuntamiento de Peñamellera Baja, con capital en Panes. Aparcamos el coche en el amplio parking que se ha habilitado para la carrera "Blincapeñas" (240 m).
Comenzamos a caminar por la pista que parte del mismo aparcamiento en rumbo este y que sube hacia los invernales del Cantu los Cabezos, El Tombu y Caspejas.
A pocos metros que nos elevemos ya tenemos unas vistas preciosas hacia Suarias, con la alargada Sierra del Cuera de telón de fondo y la altiva y desafiante Pica Peñamellera.
Abajo y a la izquierda, podéis ver la explanada donde dejamos el vehículo.
Y así, cómodamente pero en sostenido ascenso, vamos superando las primeras rampas del día.
Rápidamente alcanzamos los invernales del Cantu los Cabezos, cuando nuestra pista comienza a llanear con guapas vistas hacia el valle del Deva, dominado por el Pico Jana en los confines orientales de la Sierra del Cuera.
La pista se bifurca y, por la derecha continúa a los invernales del Tombu y Caspejas, pero debemos tomar el ramal de la izquierda, aunque antes nos asomamos a este Cantu de los Cabezos (369 m), sobre la enorme depresión kárstica de la vega de Corvera, a los pies de la sierra de Saligiestu.
Descendemos entonces los escasos metros que nos separan de la pista que, por la izquierda, bordea esta preciosa vega de Corvera, sobre la cual se asientan las majadas del Tombu y Caspejas, que vemos al fondo.
Pista que acomete un fuerte ascenso al pasar por los Prados de Pedro Simón y que se dirige, devolando la sierra, hacia las majadas de Palia, La Canal y Rejedas, sobre el Hondo de Valmayor.
Vista atrás vemos el Cantu los Cabezos por el que acabamos de pasar.
Pero debemos estar atentos, porque en una marcada curva a derechas de la pista (540 m), vamos a abandonar la misma en favor de un senderín que sale por la izquierda en rumbo sureste (flecha). Sendero que primeramente se adentra en zona arbolada, entre acebos, espineras y algún haya para, girando al Sur, afrontar unos recuestos más abruptos, ascendiendo por una vaguada donde ya predomina el monte bajo.
Se podría seguir por la pista -y es una opción perfecta- pero nosotros nos decantamos por buscar la cumbrera del Monte el Orden por antiguos senderos.
Senderos que se desdibujan y, recorrer esta zona fuertemente karstificada, no es muy recomendable en caso de niebla.
Mantenemos entonces el rumbo, ascendiendo a media ladera y dejando la vaguada a nuestra derecha.
Vista atrás, en el valle del Deva y bajo la omnipresente Sierra del Cuera, divisamos Panes, capital de Peñamellera Baja.
Enseguida damos con una senda enconchada, que nos encamina al collado que vemos al frente manteniendo el rumbo sur que traemos.
Y que nos lleva a cruzar, en suave ascenso, por zonas de pasto.
Por las cuales dejamos a nuestra derecha un buen jou.
Total que, cómodamente, alcanzamos el collado (841 m) sobre los Joyos del Monte el Orden o de Pelacristos, con guapas vistas hacia la rasa costera y sierras cántabras.
Debemos entonces continuar hacia el siguiente collado que vemos a la izquierda del modesto Jorcón.
Collado al que nos aproximamos por un nuevo tramo de camino enconchado y armado.
Dejando a nuestra izquierda, y ligeramente por debajo, una buena fuente-abrevadero, a la que por supuesto descendemos.
Y así nos alzamos al collado de floridos pastos (870 m) del Monte el Orden, con vistas a Peña Sagra y donde se impone una paradita para reponer fuerzas.
Por entre viejas murias que cierran estas preciosas praderías continuamos hacia el Sur, encaminándonos al cercano Cuetu L'Ajáu.
Hacia el Oeste ya asoma la Pica del Sestón, por delante de las sierras de Nedrina y Cocón.
Y es entonces cuando comenzamos a ascender por esta vertiente septentrional del Cuetu L'Ajáu.
Primera cota de la línea cumbrera que hace de divisoria provincial y que, a partir de ahora, vamos a seguir hasta el Gamonal.
Ganada cierta altura, admiramos guapas panorámicas de los pastos del Monte el Orden que acabamos de cruzar, con la rasa costera asturiana y cántabra al fondo, en el sector del estuario de Tina Mayor, por donde desemboca el Deva al Cantábrico, siendo divisoria natural de ambas provincias.
Sin ganar la cumbre, vamos girando a derechas por donde nos parece, atravesando el bosquete de hayas.
Continuando por la vertiente occidental, ya en tierras cántabras; por terreno abrupto y en asusencia total de sendero.
Por nuestra derecha, el Hondo de Valmayor y Valle de Argüenzu, dominado por el baluarte del Sestón.
Al Suroeste, asoman ya las cumbres nevadas de Ándara y los Urrieles, destacando el Samelar justo por detrás del Virdiu Treslajorá, en el Puerto de Las Llaves.
Siguiente cota: el Cuetu La Toya.
Unos por la cimera (1000 m) y otros ligeramente por debajo.
Vamos progresando por donde mejor lo vemos; si acaso aprovechando algún senderillo de animales. Siempre siguiendo la línea cumbrera hacia el Sur.
Caemos a la guapa collada de Los Mazucos (978 m), cuando ya tenemos el Gamonal a la vista. Aún queda tajo, pues antes debemos afrontar la parte más incómoda, al remontar por las estribaciones y laderas del Cuetu'l Tiru, que vemos hacia la izquierda previo al Gamonal.
Una opción más cómoda sería hacer la aproximación por las praderas que vemos bajo nosotros a nuestra derecha que, precisamente, será nuestra opción de descenso.
También por la derecha y en la vertical de Los Mazucos, vemos una hondonada de verdes pastos por la que más tarde pasaremos, y donde tomaremos una opción de cierta complejidad (evitable) en cuanto a orientación, para alcanzar el camín de Cotorrubios. Aunque eso ya lo iremos viendo.
Y nos metemos en la parte más engorrosa -que no difícil- cruzando primero por un bosquete que aflora entre la caliza.
Para salir a zona abierta dominada por árgomas -que tampoco dan problemas- en las cotas previas al Cuetu'l Tiru, del que nos separa una vaguada que debemos cruzar.
Ya remontando por la ladera del Cuetu'l Tiru, cruzamos inicialmente por zona arbolada en busca del collado que nos separa del Gamonal.
Y así, sin mayor problema, nos aupamos al Colláu'l Tiru (1163 m).
Ya estamos a los pies del Gamonal, de cuya cumbre nos separan unos 60 m y por cuya arista ya vemos a los compañeros.
El ascenso no tiene mas complicación que apoyar las manos un par de veces para ayudarse un poco a progresar, en una arista que, aunque abrupta, es sencillísma.
Cumbre del Gamonal (1228 m), señalizada con un pequeño jito y un vértice geodésico desplomado.
Echaremos un buen rato aquí; la temperatura es muy agradable y las vistas espectaculares.
Por el Suroeste, una panorámica hacia el valle de Liébana, con el Monte Agero en primer término y al otro lado del tajo del Desfiladero de La Hermida, donde observamos la oquedad de la impresionante Cueva Ciloña, por donde anduvimos hace un tiempo en otra ruta espectacular. Justo detrás, el macizo de Ándara y el de los Urrieles y, al fondo, las montañas palentinas.
Un poco de zoom al Samelar en Ándara.
Al Sureste, el macizo de Peña Sagra.
Por el Este, se extiende este macizo de Peñarrubia por las Peñas de Arria.
Y justo por debajo nuestro, la aldea cántabra de La Roza, de la que sube una pista al collado de Las Llaves, siendo un punto más habitual de aproximación a este pico donde nos encontramos.
Al Norte, una panorámica de toda la línea cumbrera que hemos seguido hasta aquí, sobre el valle por el que a continuación vamos a descender.
Al fondo la alargada Sierra del Cuera y la rasa costera.
Por el Oeste y con zoom, la Pica del Sestón, con la inmensidad del Cuera por detrás.
No entraba dentro del plan inicial ascenderlo pero, conociendo a los muchachos, era un secreto a voces que éste también iba a acabar cayendo.
También al Oeste, la Sierra Nedrina, donde destaca la picuda figura del Cabeza Vigueras y, a la izquierda, asoma el Cuetu Cerralosa, en la Sierra Cocón.
En primer término, el collado de Las Llaves y el Virdiu Treslajorá.
Barajamos continuar por la línea cumbrera hacia el Puerto de las Llaves y de ahí al Sestón, pero se nos apetece más conocer las vegas y bosques que tapizan la vertiente septentrional de este Macizo de Peñarrubia, aún a costa de perder mucha altura y dar un rodeo.
Así que nos vamos en busca del camín de Cotorrubios; primero descendemos de la cumbre directamente por la vertiente septentrional, sin falta de volver a recorrer la arista.
Pronto damos con tímida huella que nos encamina, a rumbo Norte, por el valle bajo la cumbrera por la cual hemos ascendido.
Huella que se va haciendo más evidente y que seguimos en plácido descenso.
Recorremos un tramo de camino enconchado.
Y cruzamos por preciosas camperas.
Por nuestra izquierda, una hondonada (925 m), por la cual el reguero cruza en forma de pequeños meandros antes de sumir en la caliza.
Descendemos hasta su surgencia para aprovisionarnos de agua.
Saciada la sed, volvemos a ascender para retomar el camino que traíamos.
Si nos fijamos, veremos diseminadas por esta vega los restos de antiguas cabañas ya devoradas por el monte.
Vista atrás, el Gamonal.
Y así nos alzamos a la Collada Mical (940 m).
Al frente vemos la majada de Palia, sobre el Hondo de Valmayor y bajo el cueto homónimo a su izquierda. Majada a la cual hay acceso desde la pista que abandonamos al inicio de la ruta.
Llegamos a un punto clave que antes comentábamos.
De la collada Mical, el camino sigue bordeando por la derecha esta hondonada y se dirige hacia la majada de La Canal, sobre el Hondo de Valmayor, para entroncar con el camín de Cotorrubios, que resulta ser la continuidad, hacia el Oeste, del viejo camino de Valmayor, que proviene de la pista de antes, la cual devola la sierra desde el valle de Peñamellera Baja.
Nosotros vamos a "innovar" por zona más intrincada, así que descendemos a la vega entre monte bajo y aprovechando algún senderillo de ganado.
Dejamos atrás una nueva surgencia, que resulta ser el reguero de antes cuando vuelve a aflorar.
Toda esta zona es muy kárstica, por lo que al agua aparece y desaparece de continuo.
Preciosa esta hondonada de verdes pastos (855 m).
Vista atrás vemos la zona descendida.
Gira nuestro rumbo al Oeste, cuando cruzamos la vega a lo largo, siguiendo el curso del reguero.
Pero los senderos, si los hubo, están desdibujados.
Continuamos entonces hacia las inmediaciones de un tejo de buen porte, y descendemos hasta que las espineras ganan la partida a la pradería; las iremos bordeando sin adentrarnos en ellas, manteniendo nuestro rumbo occidental hasta acceder a una vaguada.
Vaguada que recorremos en claro rumbo norte por el mismo curso del reguero, hasta que éste sume contra un jou.
Jou que abandonamos por nuestra derecha, ascendiendo escasos metros hasta su parte superior, donde entroncamos inmediatamente con el camín de las minas de Cotorrubios (740 m) que, como decíamos, proviene de la majada de La Canal.
Ancho camino carretero que, entre hayedo, no abandonaremos en un buen rato, retomando el rumbo occidental.
Con algún ligero tramo de subida pero, en general, muy cómodo y tendido por el que avanzamos rápidamente.
Preciosas las vistas al valle de Argüenzu y la sierra de Saligiestu; vemos abajo la majada de Regueras.
Cruzando por guapos rincones a la sombra de esbeltas hayas.
Y ya tenemos al frente nuestro siguiente objetivo: el Sestón.
Gira nuestro camino al Suroeste, en un bonito tramo armado y ligero descenso, en busca de la cabecera del valle de la riega de Las Acequias.
Para finalizar al llegar a las escombreras de las antiguas Minas de Cotorrubios (786 m).
A partir de ahora nos queda una buena subidita para ganar la cumbre del Sestón; primero hacia la collada de Braña Collao, que vemos al frente y justo a la izquierda del pico.
En estas minas se extraía galena, blenda y barita.
Vemos lo que parece una cata de prospección; también viejos muros por las inmediaciones.
Nos vamos para arriba por la ladera que cierra el valle.
Pindio ascenso, primero por zona arbolada y aprovechando, si acaso, algún senderín de animales.
Para salir a zona abierta, por donde continuamos remontando hacia el Noroeste por terreno mixto, hacia la collada de Braña Collao, en la base del Sestón.
La referencia está clara.
Una vista atrás de esta subida desde Cotorrubios.
En la cumbrera de la sierra vemos el collado del Puerto de las Llaves, también la zigzagueante pista que se aproxima hacia aquí.
Paso ancestral hacia la costa desde tiempos inmemoriales y donde se han localizado vestigios neolíticos.
Últimos metros, donde entroncamos con la mencionada pista que viene hasta esta collada desde Roza y a través del Puerto de Las Llaves.
Collada de Braña Collao (963 m).
Buen mirador con una turbia lagunilla de aguas rojizas.
Poco más de 100 m de ascenso nos separan de la cumbre del Sestón que por lo menos, por esta vertiente meridional, no tiene dificultad.
Una vista atrás hacia Braña Collao.
Cumbre de la Pica del Sestón (1080 m).
Foto de grupo para el recuerdo.
Y unas vistas, ya que estamos en otro balcón de lujo.
Por Oriente, este macizo de Peñarrubia que culmina en el Gamonal, de donde venimos.
Al Suroeste, nuevamente Picos de Europa, con los macizos de Ándara y Urrieles.
Hacia el Oeste, y delimitando el valle de San Esteban de Cuñaba, las sierras de Cocón y Nedrina, a continuación, los pastos de los invernales de Tremaño, elevándose sobre éstos el Pico Cerréu, en el Monte Valdanza, el cual se desploma sobre el tajo del Deva.
Detrás, y para no variar, la Sierra del Cuera.
Nos vamos, tenemos que caer al valle de Argüenzu con la intención de tomar el espectacular camín de la Güera Argüenzu, para descender a Puente Estragüeña.
Podríamos hacerlo volviendo sobre nuestros pasos hasta Cotorrubios, y continuar por el valle de la riega de Las Acequias pero, llegados a este punto, sería una pena no acercarnos al Tiolda cuya, desde aquí pequeña prominencia, vemos al frente.
Nos espera un vertiginoso descenso de unos 1000 m en apenas 3 km para caer al desfiladero de La Hermida.
Así que, con rumbo oeste, continuamos por la lomera de esta cordal del Sestón.
Primero en ausencia de sendero hasta este punto, donde interceptaremos uno que proviene de Braña Collao y cruza entre las hayas, el cual nos irá aproximando cómodamente por las zonas menos calizas.
Rápidamente y sin ninguna dificultad, caemos al collado en la base del Tiolda (880 m).
También conocido como "Falso Urriellu", "Urriellu cántabro", etc, debido a la similitud que ofrecen sus formas con el mítico pico desde ciertos puntos de observación.
Pero acercándonos más vemos que, en realidad, se trata de dos agujas extremadamente verticales separadas por una horcada, siendo el Tiolda la segunda, más alta y la de más difícil acceso.
Aunque de dimensiones mucho más pequeñas que el Urriellu, su fiereza es cautivadora, por lo que no es de extrañar que rememore al Picu, ya no sólo por su apariencia; menudo bastión.
Para ascender a este cima es más que aconsejable el uso de material de escalada, como podréis imaginar.
Continuamos nuestro descenso por esta canal herbosa a la derecha del Tiolda.
Inclinadísima canal, que pondrá a prueba nuestro equilibrio para descender, en ausencia de senderos, al collado que vemos más abajo.
Una vista atrás hacia la collada del Tiolda, puede dar más idea de la pendiente.
Caemos al collado (685 m), donde entramos en el hayedo girando a derechas.
Para continuar en un descenso pindio -aunque menos pronunciado- por este hayedo del Monte Argüenzu, buscándonos la vida por donde mejor veamos con tendencia norte, hasta caer a las murias, con alambre de espino, que delimitan los Invernales de Argüenzu y a la altura de las ruinas de una cabaña que, desde el otro lado, parece que en su día fue más bien vivienda.
Y así, saltando la alambrada, accedemos a los preciosos pastos del Valle de Argüenzu. Pastos pertenecientes al municipio de Peñarrubia, pero hasta aquí venían a hacer majada incluso pastores de Sotres.
Cruzamos al margen derecho del arroyo Sozaleras que por aquí desciende (446 m), en busca del camín de la Güera Argüenzu.
Si bien el acceso para el ganado a estas praderías se hacía desde el Puerto de las Llaves, a veces se usaba este vertiginoso camino que, aunque más corto, es más peligroso.
Ponemos por lo tanto rumbo noroeste valle abajo, pero nos dividimos; unos por el fondo del valle, siguiendo el curso del arroyo, y otros subimos al margen derecho, por donde parece viene la senda pegada a los cierres (flecha), senda que ya desde aquí se aprecia bien tomada.
Ninguna de las dos opciones va a ser buena.
Al otro lado del valle vemos al Tiolda y la ladera del Monte Argüenzu por donde hemos bajado.
Los caminos, ya sin uso, están devorados por las espineras y avellanos que los hacen impenetrables.
Tras un tramo de lucha para intentar seguir la senda, nos apartamos de ella (flecha), ganando unos metros por la ladera de la peña que, aún sin sendero definido, nos permitirá avanzar más cómodamente.
Al otro lado del desfiladero vemos el Monte Valdanza con el Pico Cerréu.
Ya todos reunidos, los compañeros comentan que ellos no lo han pasado mejor.
Alcanzamos el final del valle cuando éste se precipita a las profundidades del desfiladero, y donde nos asomamos a un canto sobre los desventíos que dan vista a Puente Estragüeña.
Pero nos encontramos ligeramente altos; tenemos que buscar el sendero por nuestra izquierda y algo más abajo, encañonado junto al arroyo Sozaleras, que ya se precipita hacia las profundidades del Deva.
Comenzamos entonces un escarpado descenso al fondo del desfiladero muy espectacular.
Por donde el aún marcado sendero sortea estos farallones calizos en un trazado precioso.
De hombro en hombro cortando en travesía por vertiginosas canales.
Sin pasos especialmente delicados, sólo prestar la debida atención.
Una vista atrás donde se aprecia la traza inicial de la senda.
Inmejorables las perspectivas del Deva y el Desfiladero de La Hermida.
Pero alcanzamos un hombro y, al pasar a la siguiente canal, el sendero se bifurca a unos 210 m de altitud; no nos damos cuenta, seguramente al no ser muy evidente y al tener nuestra atención focalizada en un paso armado, que vemos más adelante junto a una encina.
Por la izquierda desciende vertiginoso el "Camín de las Cabras", directamente hacia Puente Estragüeña.
Total que nosotros continuamos en descenso por el paso más marcado que continúa en horizontal y por encima de las armaduras, que resulta ser el "Camín de las Vacas", el cual también desciende a Puente Estragüeña, pero en una bajada más larga y menos pendiente, más adecuada para el, en su día, transito del ganado .
Y va a ser que no todo es bajar, ahora resulta que toca subir para devolar el crestón que tenemos al frente.
Corta pero pindia subida, que nos deja junto a una oquedad, seguramente aprovechada en su día por los pastores (240 m).
Devolamos el crestón en un guapo paso por una horcada.
Al otro lado vemos el tramo a seguir, donde la senda, ya casi perdida, corta por los derrubios de esta pendiente ladera, en travesía con incómodos apoyos laterales.
Y empieza el lío.
Alcanzado el canto calizo, todo apunta a que tendremos que bajar hacia las torres eléctricas.
Pero parece que, la casi inapreciable senda, hace un torno a izquierdas que nos lleva derechos a la gravera.
Gravera que han cubierto con una malla metálica por lo que, lo que pudiera quedar del camino, está arrasado.
Girando a derechas y progresando muy incómodamente sobre esta malla, además de sortear tirantes de acero, nos dirigimos a las torres, por donde la intuición nos dice tiene que ir la senda.
De hecho damos con un ínfimo tramo, pero los trabajos de adecuación de esta zona lo han perdido.
Seguramente hubiésemos tenido que girar a izquierdas buscándolo entre las encinas, pero nos fuimos muy a la derecha, hacia el siguiente poste eléctrico.
Descendemos un canalizo cerrado en la parte baja por una verja de contención vertical que, al estar rota, nos permite pasar al otro lado, y ya no serán más de 10 m hasta el asfalto, pero es una zona muy mala, aunque un compañero bajó por ahí literalmente colgado de los ablanos.
Los demás seguimos por el talud, unos metros hacia el siguiente canalizo a la derecha que, aunque colgándonos de la verja para asegurar los apoyos, nos permitió un descenso un poco menos delicado.
Alcanzada la carretera de La Hermida, la recorreremos unos cientos de metros sentido Potes hasta Puente Estragüeña y resulta que, al poco, damos con la salida buena del camino, lamentándonos por la perdida de una senda tradicional.
Poco más adelante vemos la salida del "Camín de las Cabras" justo antes de llegar al puente, senda que pensamos pueda también estar cubierta por mallas en su tramo inicial.
Otros cuantos metros más dando vista a la Güera Arguenzu y llegamos al hueco donde tenemos el coche.
Sólo nos queda recoger el otro vehículo en Suarías y tomar la pertinente cerveza para finalizar una ruta espectacular.
Os dejamos el perfil de elevación.
¡¡Un saludo!!
Impecable reportaje. Largo, como la ruta, claro, pero muy documentado y currado. Fue una ruta memorable.
ResponderEliminarNos vemos
Gracias Javi!!Nos salió una ruta espectacular. Pena de ese último tramín perdido, pero bueno, resolvimos bastante bien.
EliminarComo diría un mediocre "matador de toros", esta ruta y este reportaje, se puede definir tan solo con dos palabras: "Im presionante".
ResponderEliminarUn trabajo muy elaborado que sin duda te habrá requerido un gran esfuerzo para documentarlo. Las fotografías de escándalo como ya nos tienes habituados y sin encima lo rematas con esa buena compañía, ¿qué más de puede pedir? Felicidades compañero. Un abrazo.
Gracias Viti!! La ruta que nos planteamos resultó ser durilla, pero una pasada.
EliminarEn verdad tuvo su trabajo documentar una zona poco habitual de la que hay pocas referencias, pero que es preciosa.
Un abrazo
Buena y bonita ruta. Aunque me parece que es como el turron durilla. Pero como dices preciosa.
ResponderEliminarUn saludo
La ruta es espectacular Sebastián, pero si que es potentilla.
EliminarLa pena fueron los últimos metros del desfiladero, por lo demás, muy guapa.
Un saludo!
Preciosa ruta. Tengo previsto pasarme este año por la zona y me gustaria hacer algo parecido, pero con una variante, volver a Suarias, en lugar de bajar al desfiladero.
ResponderEliminar¿teneis idea si existe paso hacia el valle que discurre hacia el este, dejando el cueto trecia y la covatina a la izquierda?
Y si existe, quizas fueramejor hacerlo a la inversa, no? Por hacer lo dificil al principio y luego bajar mas comodamente.
Gracias.
Pues mira, lo que comentas es una opción que habíamos mirado, pero que no quisimos hacer por no meternos ese repecho al final. Sabemos de gente que lo ha hecho así y en ambos sentidos,de hecho hay tracks que van por ahí, pero no sabríamos decirte si hay sendero marcado y en qué condiciones está el terreno.Por lo demás la ruta es bien guapa.
EliminarUn saludo!
Guapa y exigente ruta por terrenos poco conocidos. Desde El Cerréu contemplábamos bien toda ella y ese Valle de Argüenzo es inconmensurable. Saludos
ResponderEliminarPues sí Paloma, una ruta exigente pero realmente guapa, por una zona que no es muy pateada y que además te da muchas opciones. El valle de ArgUenzu, en verdad, si que es una maravilla y, desde Suarías, se puede alcanzar mucho más fácilmente de como hicimos nosotros.
EliminarUn saludo!
Las mallas de triple torsión que se han tendido por la gravera sirven para que no se ponga en movimiento la zona cubierta y evitar futuros accidentes en la carretera que va a Potes.
ResponderEliminarNo es ningún capricho,sólo esa seguridad vial .