Puerto de Marabio. Picos Caldoveiro y Pelao.

Ascensión al Caldoveiro y Pelao.
Circuito por el Puerto de Marabio (Teverga).
- Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro -

(Foslayegua)

El Puerto de Marabio, declarado Monumento Natural, pertenece al municipio de Teverga, situándose entre este concejo y los municipios de Yernes y Tameza, Proaza y Grado.
A una altitud que ronda los 1000 m, sus espléndidos pastos y exuberante vegetación, donde abunda la espinera y el carrasco, tapizan uno de los más importantes sistemas kársticos de la región asturiana. Conjunto calcáreo de valles ciegos y depresiones, con un gran desarrollo subterráneo, que originan un submundo de grandes cuevas y sumideros.
Llamativo paisaje cuyos pastos están salpicados por dolinas que forman pequeñas lagunas de montaña, como son las de Cadupo, Foslayegua, o las de Barrera y la Tambaísna, entorno a las cuales se han encontrado vestigios tumulares, por lo que la presencia humana en la zona se remonta a tiempos bien pretéritos.
Pero también es un lugar de tránsito histórico, pues por él cruza el Camín Francés, variante de la ancestral vía romana del Camín Real de La Mesa que, desde Cueiro, se desvía hacia Oviedo por Vicenturo.
Por el Oeste, protege estos puertos la sierra de La Granda o La Llomba y, por el Este, la sierra de Padiella, en la alineación de la cordal Gradura - Tameza, prolongación natural de la de Sobia. Y es que, ligeramente desgajado de esta sierra de Padiella por occidente, se encuentra nuestro principal objetivo de hoy: el Pico Caldoveiro, sobre la cabecera del río Villabre y cerrando el Puerto de Marabio por el Norte.
Cima de modesta altitud y sencillo ascenso, pero un estupendo balcón hacia cumbres de la Cordillera, y desde el que se domina toda esta intrincada orografía del puerto.

" Dedicada a la memoria de mi padre Ángel Sáez, gran amante de la naturaleza.

Tan atento a nuestras andanzas y disfrutando con nuestras pequeñas aventuras; ésta fue la última ruta que pude mostrarte. 

Sé que ahora caminarás siempre junto a nosotros. "

B. Sáez

Cartografía IGN 1:25000 Hoja 52-3

Cota mínima: 948 m.

Cota máxima: 1355 m.

Desnivel máximo: 407 m.

Desnivel acumulado: 630 m.

Distancia: 8,6 km.

Tiempo: 5 h.

(Con las paradas y mucha calma).

Inicio/Fin: Casa D.Pablo (Marabio).

Para acceder al Puerto de Marabio, y en nuestro caso, abandonamos la AS-228 en Entrago, poco antes de entrar en La Plaza (Teverga), tomando entonces la carretera local que sube hacia las localidades de Gradura y Hedrada y continúa hacia Villabre, ya en Yernes y Tameza.
Al rebasar la Ermita de Santa Ana al entrar al puerto, continuamos algo menos de 2 km y vamos a ver una llanada de pastizales que los mapas del IGN nombran como El Cabríu, siendo un buen lugar para dejar el coche, aunque nosotros lo vamos a aparcar un poco más adelante, al borde de la carretera y junto a la finca de Casa Don Pablo (948 m).
Ya vemos todo el valle de Cuacartel con la prominencia del Caldoveiro al fondo. Por nuestra derecha, las estribaciones del Pelao, que también pretendemos ascender.

Comenzamos a caminar a hora tardía, pues ya son unas cuantas veces las que hemos recorrido la zona y sabemos que, el itinerario que tenemos en mente, no nos va a llevar mucho tiempo.
Primeramente por la misma carretera que continúa hacia Villabre.

Carretera que bordea la finca y buena cuadra de Casa Don Pablo, donde en su día hubo venta.

Y en escasos metros, al llegar a una curva, nos desviamos por nuestra derecha para tomar la pista por donde, entre acebos y espineras, discurre el GR-101.1 Camín Real Francés y el GR-109 Asturias Interior, como vemos señalizado.

De forma cómoda y tendida pasamos junto a remozadas cabañas.

Hasta alcanzar una campera donde el camino, ya senda, continúa de frente manteniendo el rumbo septentrional que traemos. El caso es que vemos el sendero muy embarrado a consecuencia de la nieve que se derrite.

Debido a lo cual giramos a izquierdas para ascender por unos resaltes calizos.

Por los que progresamos sin mayor complicación, paralelos a la senda y ligeramente por encima de las ruinas de la braña de Cubriellos, con la referencia de nuestro objetivo al frente.

Aunque en nada acabamos cayendo a dicha braña para reincorporarnos al Camín Francés.
Por la derecha vemos los contrafuertes del Pico Pelao, que cierran el margen izquierdo del valle de Cuacartel.

Y toca ya ascender con más fuerza siguiendo el trazado del histórico camino.
Cierra el otro margen del puerto la alomada Sierra de La Granda, donde se ubica Peña Cruzada, techo de Yernes y Tameza.

Según ganamos altura, las vistas se van abriendo sobre este Puerto de Marabio.
Destacan las prominencias del Cuervo y La Sala, en la Sierra de Gradura y, al fondo, se alzan imponentes los bastiones de la Cordillera, en el sector del Ferreirúa y la Cordal de La Mesa.

Nos adentramos entonces en la frondosidad de una importante mancha de acebos, por la que no nos ceñimos estrictamente al trazado de la senda, sino que vamos avanzando por donde nos parece.

Así nos aupamos al Alto de Tambaísna (1230 m), sobre la depresión y laguna homónima.
Ya tenemos a tiro de piedra al Caldoveiro.
Nos vamos a izquierdas bordeando la vega para caer al collado que nos separa del pico, entrando por lo tanto en tierras de Yernes y Tameza.

Y, abandonando el Camín Francés, que continúa por la vega de Tambaísna hacia el Alto Santiago, afrontamos la subida al pico por la parte donde la vegetación predomina sobre la caliza de esta vertiente meridional.

Para ir girando a derechas en ascenso, siguiendo huella de paso y algún jito, hacia los resaltes que vemos.

Una vista atrás hacia el Alto de Tambaísna y toda esta intrincada orografía del puerto.

Toca acometer una parte más tupida que, sin mayor problema, superamos en decidido ascenso hacia la crestería, que vamos a ganar por esa pequeña canal.

Aupándonos entonces por una brecha y sin complicación alguna a la arista cimera.

Sólo nos resta girar a derechas para recorrer los pocos metros que nos separan de la cumbre, la cual se gana sin ningún tipo de dificultad.

Por nuestra izquierda y bien abajo, vemos la vega de La Veigadona, en cuyo subsuelo se desarrolla todo un sistema kárstico de 5,9 km de longitud.

Cumbre del Caldoveiro (1354 m).
Con vértice geodésico, al lado del cual hubo, hasta hace poco, una cruz con buzón; hoy desaparecida.

Y qué decir de las vistas, pues una maravilla.
Una panorámica de los puertos, limitados a la izquierda por la sierra de Padiella, que da continuidad a la de Gradura y, a la derecha, por la de la Granda.
Al fondo todo un elenco de cumbres que, desde la Sierra del Aramo al Este y a la izquierda de la imagen, continúa por el sector del Cellón hacia el Macizo de Ubiña, a la derecha del cual sigue la línea de la Cordillera por la cordal de La Mesa y cumbres somedanas.
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Con más detalle, la Sierra del Aramo y, en primer término, el collado del Alto de Santiago, por donde en breve vamos a pasar.
Debajo, el Macizo de Ubiña, con su sector norte que culmina en los Fontanes, a  la derecha de los cuales y más atrás, se encuentra Peña Ubiña. A la izquierda, destacando por su porte y elegancia, la Gran Dama del macizo: Peña Rueda.

También el sector del Ferreirúa, en las inmediaciones de Ventana, más a la derecha y en la foto inferior, la Sierra de los Bígaros, sobre los puertos de La Mesa. Se intuye incluso la traza de la ancestral calzada romana.

Por el Oeste, la Sierra de Peña Manteca, donde destaca la picuda figura del Picu Horru, techo de Belmonte.

Por la vertiente septentrional y muy abajo, vemos la localidad de Villabre, desde donde también se puede acometer la subida a este pico, pero a costa de un mayor desnivel.

Por la vertiente oriental, que es por la que vamos a descender, el pico Cadupo sobre la vega homónima, en la cual también hay unas lagunillas.
Al fondo y a la izquierda, La Loral, en la sierra de Tameza.

Nueva vista a la depresión de Tambaísna y su laguna, sobre la cual se encuentra la zona que vamos a recorrer a media ladera del pico Braña en aproximación a Foslayegua, pasando por la vega que vemos nevada, resguardada entre dicho pico Braña y el de La Arena.

Fotos de rigor y buen rato pasamos en cumbre, pues el día invita a ello.

Pero toca continuar ruta, por lo que descendemos por la vertiente oriental como antes comentábamos.
Buscando las zonas más favorables y con tendencia a la derecha, encontraremos una tímida huella para caer a la mata de carrascos, en la cual nos vamos a adentrar por el claro nevado que vemos, girando inmediatamente a izquierdas para bordearla.

Una vista atrás de esta ladera que vamos descendiendo.

Y así, buscando los mejores pasos, sin mayor dificultad que lidiar un poco con la nieve, continuamos en descenso hacia la vega de Cadupo.

Para finalmente caer al collado (1202 m) que la separa de la inmediata de Tambaísna, a la cual no vamos a bajar.

Atrás dejamos toda esta vertiente oriental del Caldoveiro que acabamos de descender.

Y, manteniendo el rumbo que traemos, comenzamos a subir por la del pico Cadupo, para ir girando a derechas; siempre por donde mejor nos parece, entre los acebos y la caliza que aflora, bordeando así la vega de Tambaína, que nos regala preciosas estampas con el Caldoveiro a su derecha.

Un poco de zoom a la laguna.

Así, cuando ya hemos vuelto a entrar en tierras teverganas, alcanzamos el Alto de Santiago (1240 m), collado que se ubica entre el Pico Cadupo y el Pico Braña, ligeramente más atrás se encuentra el Pico la Mostayal, que es el que vemos en la imagen.
Este collado da paso a la vega de La Barrera y puerto de Bandujo, por donde continúa el Camín Francés que viene desde Tambaísna, que antes hemos abandonado.
Se cuenta que el origen del topónimo de este lugar se debe a la existencia de una ermita que hubo en la zona bajo la advocación del apóstol.

Nosotros, sin embargo, dejamos a un lado el Alto de Santiago y continuamos por tímidos senderillos -o por donde mejor lo vemos- a media ladera del Pico Braña en rumbo sur hacia Foslayegua.

Cuando vemos el arranque de la arista del pico, giramos a izquierdas a rumbo este, para ganar una muezca...

...que nos da paso a una preciosa vega, ya en el entorno de Foslayegua y dominada por el Pico la Arena; recóndito lugar que bajo este ambiente invernal se nos muestra espectacular (1280 m).
Vemos los restos de varios corros.
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Salvo éste que todavía se mantiene en relativo buen estado.
¿Se trata del Corru la Señora?
Construcciones de este tipo se documentan en Asturias ya en el S.XV.

Una delicia, sin duda, el recorrer este lugar con toda esta nieve que se deja caminar tan bien.

Abandonamos la vega por su extremo suroriental despidiéndonos del Pico Braña.

Para acceder a otra contigua donde bordeamos una dolina.
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Y que, ya sin más, nos da paso a la laguna completamente helada de Foslayegua (1300 m).

Es tal el grosor del hielo, que nos permite cruzar con total seguridad la laguna.
Ojo con esto, en lagos de mayor entidad y profundidad, sería bastante peligroso.

Una perspectiva desde el centro de la laguna.
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Bucólico lugar que así nevado tiene mucho encanto.

Continuamos manteniendo el rumbo meridional que traemos y, al momento, nos asomamos a los cantiles sobre la depresión kárstica de los Fondiles Negros.

A partir de ahora el Macizo de Ubiña nos va a regalar estupendas vistas.

Al otro lado de la hondonada de los Fondiles, vemos la cumbre del Pico Pelao, que va a ser nuestro siguiente objetivo. Para ello vamos a bordear primeramente esta depresión por la izquierda.

En ausencia total de sendero y por donde mejor nos parece, vamos buscando los cantiles orientales de la sierra, desde donde, a estas horas de la tarde y con tan buena luz, el Aramo se muestra impresionante.

Siempre cerca del flanco oriental, por donde pasa la divisoria de aguas con Proaza, vamos dejando a la derecha los Fondiles, rumbo al collado que nos separa del Pelao.

En una progresión tendida y llevadera sin mayor complicación.

Que nos lleva a caer rápidamente al collado previo al pico (1300 m).

En otras circunstancias, podríamos acometer el ascenso directamente a la cumbre por la zona arbolada pero, la nieve dura que cubre esa vertiente, con buena pendiente y sombría, lo hace desaconsejable.

Por lo que nos vamos hacia la izquierda de esa antecumbre para girar a derechas, subir por ella y acometer el ascenso así por zona más amable.

Ascenso que, sin ninguna dificultad, deja a nuestras espaldas vistas de lo más espectaculares sobre las cuencas del Teverga y del Trubia.

Incluso divisamos la medieval aldea de Bandujo, de tan recomendable visita.

Y así, en nada, ganamos la antecumbre (1340 m), para girar a derechas y afrontar los escasos metros que nos separan de la cima principal.

Sin más complicación que tener un poco de cuidado con las oquedades que pueda ocultar la nieve; muy sencillo.

Cumbre del Pico Pelao (1352 m).

Muy buenas vistas desde esta cima.

Por el Norte, y sobre los Fondiles Negros, una panorámica desde el Caldoveiro, a la izquierda, y toda la zona recorrida desde Foslayegua.

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Tirando de zoom vemos la laguna de Foslayegua a los pies del Pico la Arena.

Por el Este, impresionante la Sierra del Aramo; a su derecha la zona del Tres Concejos, Brañacaballo, Cellón...

En primer término las sierras de Caranga y Gorrión, sobre la cuenca del Trubia y separadas entre sí por el desfiladero de Valdemurio.

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Al Sureste, nuevamente el Macizo de Ubiña con su inconfundible Peña Rueda.

En primer término la mole de la Sierra de Sobia.

Nos vamos.

El descenso lo hacemos por la vertiente meridional hacia el collado que nos separa del Oubiu, que vemos al frente, y por lo tanto de la Sierra de Gradura. Sierra por donde anduvimos hace ya un tiempo y que podéis ver AQUÍ.

Nuevamente en ausencia de senderos y sin dificultad, caemos al collado (1215 m).

Desde donde estudiamos la jugada para hacer el descenso final a los puertos.

Así que todo para abajo por la vertiente occidental, en fuerte descenso sin contemplaciones y, una vez más, por donde nos parezca, hacia las fincas de Braña Mayor que vemos abajo, a la izquierda de las cuales vemos la zona del Cabríu que, como comentábamos al principio, es buen sitio para dejar el coche. El nuestro está un poco más adelante (círculo).

Ya en la parte baja cruzamos por una zona malezosa que, en verano, seguro que es incómoda de atravesar cuando esta vegetación levante; evitable yéndonos hacia la izquierda, en vez de rodear las fincas por la derecha, como vamos a hacer nosotros, más que nada debido a la situación del coche.

Ya en la parte baja (980 m) tomamos senderillos más marcados que discurren junto a los cierres.

Vista atrás vemos la buena bajadita que nos hemos metido.

Total que vamos bordeando cómodamente estas buenas fincas de Braña Mayor.

Al fondo el Cuervu.

Cruzamos entre sendas cuadras.

Como esta de tan buena construcción.

Y ya caleyando entre parcelas...

...nos despedimos del valle de Cuacartel.

También del Caldoveiro.

Para acabar saliendo justo al punto donde tenemos el coche.

Finalizamos así una ruta corta, sin grandes complicaciones y muy recomendable en esta época del año, si no está muy cargado de nieve, como fue el caso.

Os dejamos el perfil de elevación.

¡¡Un saludo!!